Jonathan Bree, you are so cool…

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*Fotografías tomadas por Ari Diaz.

Este pasado jueves 17 de octubre en el C3 Stage, tuvimos en Guadalajara la oportunidad de presenciar a un gran músico y veterano de algunas bandas de los dosmiles como The Brunettes, el talentoso Jonathan Bree. 

Antes de tocar Jonathan Bree, nos tomó por sorpresa el sonido elegante de Rosas. Un solista tapatío que compone música predominantemente con sintetizadores pero que también maneja muy bien la guitarra electro acústica, lo que le da un toque coqueto y romántico a su sonido. El perfomance de Rosas fue breve pero no insustancial, pues además de tocar sus temas también se acompañó a sí mismo de bailes discretos y movedizos en el escenario. Su última canción por cierto la ejecutó deshojando una rosa y mandando a volar los pétalos entre el público. Un detalle interesante.

Se abrió el camino entonces para Jonathan Bree. Como siempre las tres primeras canciones la abarrotaron los fotógrafos en la base del escenario. Aunque en esta ocasión estrenamos fotógrafa, la coordinación se hizo instantánea y rápidamente comenzó la cacería de imágenes. Entre los otros cazadores se encontraba L, una amiga que hace muchos años yo no veía y que también suele acudir a tomar fotografías a presentaciones de este calibre. No pude saludarla directamente, pues la sala comenzó a llenarse más de lo que al principio se pronosticaba. Sin duda hay muchos fans del músico en Gdl.

Sus dos primeras canciones fueron un poco lentas pero muy bien recibidos: “Sleepwalking” y “Weird Hardcore” se encargaron de explicarnos de qué se iba a tratar su presentación. Todos vestidos de blanco hasta la cara y manos, con pelucas sesenteras, y una coreografía extravagante, elementos típicos tanto en sus videos musicales como en sus presentaciones en vivo. En esta ocasión no nos fallarían con esa tendencia. La voz suave de Jonathan y su tercera canción “Say You Love Me Too”, aunado a la segunda voz femenina de una de las bailarinas, nos recordó estas canciones a dúo (de esas que ya casi no se usan) con ese típico sonido sensual y envolvente.

La cuarta canción fue de su más reciente estreno “Waiting On The Moment”, un grandísimo tema con el que no pudimos detener nuestra inclinación al mecernos acompasando la tonada y cuya vitalidad no se vio interrumpida en su siguiente tema, pero de cuyo nombre no hemos podido averiguar todavía. Al parecer forma parte de su siguiente disco.

Con “Blur” y “Duckie’s Lament” volamos a los más conocidos temas del neozelandés. Para esta parte del concierto la camarógrafa y yo ya hemos cambiado de sitio otras dos veces, y en el trasiego vuelvo a ver a L también, a la caza de fotografías. L fue la eterna novia del mejor de nosotros en la universidad, el Syd Barrett de nuestro crew y hoy de ese Syd, al menos yo y los sobrevivientes de ese grupo ya no tenemos noticia. Absorto estaba en aquellos pensamientos que casi paso desapercibido el kiss-kiss con el que comienza este excelentísimo tema “Valentine”. Mi camarógrafa me indica: ¿ya viste las rosas? Te apuesto a que las van arrojar al final. El coro que es inconfundible entonces suena:

You’re worthy of one just as wrong who is as dismal

When all is grey a disarray better the devil

You’re worthy of one just as wrong who is as dismal

When all is grey a disarray better the devil

La la la la la, la la la la

Oooooooo

La la la la la, la la la la

Vuelan entonces por entre el público aquellas rosas que sostenía Jonathan al principio. 

“There Is Sadness” nos convoca entonces a ese mood más bien bitter-sweet, y entonces recuerdo los últimos momentos de nuestro Syd Barret en la universidad. Había terminado con L y su destino parecía más orillado al abandono y a la indiferencia nihilista de Laptop; la siguiente canción en tocarse, sus melancólicos teclados nos orillan a ese mood tipo mmm no hay pedo – hay peda. Sus coros un tanto entre dulce fatalidad y desesperanza abren el camino para otra canción con cuyo nombre todavía no podemos contar, pues también es parte de su nuevo material y en cuyo performance una de las chicas coristas también usó un bajo, pero en los tonos más agudos para acompañar la voz de Jonathan. Una alternancia de buen gusto desde mi punto de vista. Aunque no tan atinado como lo fueron otras presentaciones en vivo en las que pude comprobar cómo la maquinaria de cuerdas y teclados le daban una tremenda fuerza a su performance. En esta edición más bien lacónica no pudimos apreciar toda esa maravilla. 

Pero como dice mi canción favorita de ellos: “Fuck It”, una tremenda canción que en lo personal siempre me reanima, aunque sus tonos son sumamente grises de esta típica herencia radioheadiana. Sus cuerdas súper agudas, unas percusiones leves y entonces el teclado maravilloso dan paso al:

We can’t help nor shake this feeling

Better judgement is conceding

Go ask a biophysicist

It’s survival of the dimmest

Miro a mi alrededor y ahí está la expresión de gusto, un asombro generalizado que emana de todos los que presentes coreamos el:

Fuck iiiiiiiiiiiiit

Fuck heeeeeeeeer

Fuck hiiiiiiiiiiim

Fuck iiiiiiiiiiit

El agudo del coro final es tremendo y no puedo evitar notar como Jonathan se da cuenta de que esa parte pudo haber estado fabulosa con alguna cantante que llegara a esos tonos. Pierde un poco de fuerza por esas razones, pero no es todo. Todavía le queda una última bala a su show y es entonces que tocan “The Prime Rose Path” con esa melancólica voz baja y su teclado con terminación de órgano meloso que se interrumpe con el estruendoso coro final:

I’ll be good to you on the primrose path,

and we’ll forget I am a sociopath,

I will buy you things,

cryin’ Lion King

And I’ll try not break your sweetness,

Angel…

Una canción que siempre me recuerda a los temas agridulces de A Robot Ate Me. El órgano termina la frase con una nota profunda y bye. Sabemos que con esto Jonathan Bree terminó. Un gran tema por supuesto, pero no tan bueno como el “You Are So Cool” por el que supongo todos lo conocimos. Tema que tocaron justo antes de «Fuck It» y en cuyo performance no pude dejar de recordar a nuestro Syd Barrett de la universidad. Siempre poeta, nunca impoeta y de quien probablemente ya no volveremos a saber más, pero a quien siempre cantaremos:

You are soooooo cooooool, it’s trueeee…