Primero Fue García: Celebrando a Charly

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Este mes cumple 70 años

Este sábado 23 de octubre Charly García cumple 70 años, y con eso como pretexto estaremos dedicándole la semana con una serie de artículos que resaltan el tamaño incomparable de su figura en el rock en español y su grandeza dentro de la música popular en general.

Para iniciar, cinco de los colaboradores de este blog nos comparten un poco acerca de su pensar respecto a Charly, acompañado de algún video o fotografía del artista.

Alex Torres:

Amigos, aficiones, relaciones, proyectos, ídolos, trabajos han ido y venido. He estado obsesionado con libros que después de un tiempo duermen en un estante por años. La tercera temporada de Succession empieza y no hay nada que me emocione más hasta que otra cosa la reemplace. Jamás sucedió esto con Charly, desde el día que llegó ha permanecido, junto a Dylan y mi hermano. No recuerdo como era la vida antes aunque debió existir ya que nadie mayor a mí es un fanático en mi familia, sin embargo de alguna manera llegó a mis oídos. Una música diferente, en un idioma extraño pero cercano, con una sensibilidad propia y una mitología completamente diferente a la que estaba expuesto. Un mundo donde explorar de forma ilimitada por años y décadas.

Hay un debate extraño y antinatural respecto a la figura más importante del rock latinoamericano, Spinetta para muchos, El Indio para sus fieles, Pappo Napolitano para los menos, Cerati para los idiotas. En mi cabeza la única forma de que la respuesta no sea García es que Charly esté peleando en otra disputa cinco pisos más arriba con Borges, Cortazar, Pizarnik, Quinquela, Maradona o Gardel. Sí, es inconsistente. Sí, el presente es anticlimático. Sí, el personaje a veces se comió al personaje previo pero diablos, está tan lejos de los demás, está tan terriblemente lejos de las demás y tan cerca de nuestras vidas.

Descripción no disponible.

Tony Spinotti:

Charly García llegó a mi vida como llegan las grandes cosas. Como un mazaso que no sólo rompe, sino corrompe las cosas como las entendías. Y curiosamente, no lo hizo a la primera. De él conocía algunos pocos temas pero nada que me enganchara. No fue sino hasta que -de manera tardía- me topé con el brutal disco Demasiado Ego con el que el músico tuvo un impacto en mí y en el cual entendía de cierta manera su trascendencia, como me pasó con David Bowie en su momento, o como pasa con las personas que te significan y se quedan en tu vida.

Conforme me acercaba a su obra, Charly me sorprendía, me conmovía, me hacía apretar los puños y los dientes y me dejaba con un nudo en la garganta. Si un músico es capaz de llevarte a todos esos sitios es que algo valioso debe tener, pero si este mismo músico se llama Charly García, ya son palabras mayores. ¿Es Charly el músico más completo de Latinoamérica? Posiblemente. No lo sé. Lo que sí sé, es que es el único músico en el cual todos en este blog nos pusimos de acuerdo para celebrarlo sin que hubieran golpes, mentadas de madre, amistades rotas. Y esas son palabras mayores.

Enrique Carlos:

Escuché a Charly García por primera vez a los catorce años, cursando la secundaria. Estaba completamente obsesionado con Sui Géneris. Lo que sucedió después fue que abandoné la secundaria, formé una banda de blues, me dediqué a escribir poesía y terminé publicando un libro con el título prestado de ‘El Show de los Muertos’. Hoy, 18 años después, es raro que transcurra un día sin escuchar alguno de sus temas, o sin que algún verso de sus letras surja, espontáneo, por mi cabeza… Lo que estoy tratando de decir es que el impacto y la influencia de la obra de Charly, como la de cualquier gran artista, puede ser tan contundente que fractura el transcurso de una vida.

Para hablar de Charly García es necesario hablar de un niño prodigio, de los Beatles, de un apartamento en llamas, de la guerra de las Malvinas, de Maradona, de sobredosis, de censura, de centros neuropsiquiátricos, de la dictadura argentina, de un salto desde un noveno piso, de Frank Zappa, de un brazalete con las iniciales SNM, del nocturno de Chopin No.2, de un bigote bicolor, de oído absoluto, de un concierto bajo la lluvia, de hoteles demolidos, de un morir y resucitar constante, de una vida entera dedicada al rock and roll.

Hoy cumple 70 años y parece imposible agradecer la trascendencia de su legado. La historia del rock [sin adjetivos] no sería la misma sin su obra y estará siempre en deuda. Si los locos hacen canciones tan hermosas como ‘Los Dinosaurios’ o ‘Desarma y Sangra’, tal vez debería haber más locos por ahí…

¡Salve Charly, su majestad García!

[gus]:

Conocí la música de Charly de manera tardía, menciono tardía ya que debería ser un curso básico en cualquier escuela secundaria. Dentro de su extensa obra se conjuga la belleza y genialidad de su lírica y, a la vez, irreverencia y picardía. Musicalmente conquistó numerosos estilos, renovándose constantemente, siempre contra la quietud.

Considero que sólo han existido dos fuerzas de tal proporción en el rock en español: Luis Alberto Spinetta y Charly García, tan es así que cuando se juntaron para grabar un álbum, su talento se transformó en fuego, como si de alquimistas se tratara, y comprendieron lo peligroso de dicha alianza. Si componer es matemática pura, Charly desarrolló la fórmula.

Rodrigo “Bola” Torres:

Oído absoluto, piano, niño prodigio, bigote bicolor, hippie, guitarra, un lápiz, una Coca-Cola y un sandwich, sintetizadores, noveno piso, camillas y ambulancias, genio, latas de pintura, Say No More, rey de la papa, máximo nivel de poder, una manga de burros, Dios… un lápiz, una Coca-Cola y un sandwich. El mito de Charly ES por sí mismo. Su perfecta brújula artística, y el contraste que esta hace con lo convulso de su figura, lo convierten en una figura compleja, brillante y en momentos aterradora, en una fuerza de la naturaleza.

Su capacidad está más allá de toda duda, pero en mi opinión, lo que lo pone en un nivel más allá de ese en el que se encuentran los otros pilares del rock en español, no radica en lo que puede hacer, sino en lo que decide hacer. A lo largo de su alrededor de medio siglo de carrera ha elegido y dominado un ámplio abanico de lenguajes y recursos para expresarse. Es capáz tanto de crear las composiciones más complejas, como de lanzar temas de 3 minutos y dos acordes; su virtuosismo nunca ha sido obstáculo para plasmar mensajes de todo tipo que resuenan en el corazón, en la viscera y/o en el cerebro… todo lo contrario. Charly simplemente lo hizo todo, mejor y por más tiempo que nadie. Un artista con todas sus letras, de esos a los que les crees que para ser felices les basta un lápiz, una Coca-Cola y un sandwich.