¿Qué hace de Charly García un artista de tal magnitud y relevancia?
Para quien redacta el presente texto, es su increíble capacidad de reconocer y manifestar lo verdaderamente bello, sobreponiéndose a la sumisión del espíritu mediante una finísima expresión artística, a partir de una avidez extraordinaria por ilustrarse en diversas corrientes y estilos, así como la perfecta elección de cómplices para tan osada aventura.
Metamorfosis perpetua
Charly partió de una educación formal en la música clásica desde los 4 años hacia una prolongada senda de géneros musicales; The Bealtes fueron quienes ampliaron su espectro sonoro, concluyendo, a partir de dicha experiencia, su carrera como músico clásico.
Posee tal calidad musical que, a lo largo de más de 50 años de trayectoria, ha incursionado y dominado géneros tan amplios como el rock progresivo, funk, new wave, art rock, folk, pop rock, synth pop, jazz, tango, y el rock experimental.
Todo comenzó en el 69, con apenas 18 años, cuando junto a Nito Mestre, fundó la aclamada banda Sui Generis, bajo la influencia de Vanilla Fudge, Bob Dylan y Procol Harum, dicha agrupación despertó una gran admiración en Argentina y muchos otros países.
El primer álbum de Sui Generis fue titulado Vida (1972) y es considerado uno de los mejores álbumes del rock argentino. Las canciones, de corta duración, exhiben una increíble sensibilidad poética y una estética musical propia del folk rock.
Para 1974, Sui Generis lanzó su tercer álbum. Con un sonido más eléctrico y progresivo; Pequeñas Anécdotas Sobre las Instituciones, manifestaba, mediante una lírica aguda y creativa, la grave situación política de su país. Para esta época, Charly inició su experimentación con instrumentos propios del rock progresivo como el sintetizador Minimoog, el clavinet Hohner y el piano Fender Rhodes.
Tras la disolución de su primera banda, García optó por un proyecto más relajado, con el cual, pretendía interpretar por simple placer. Acompañados de Raúl Porchetto, León Gieco y María Rosa Yorio, Charly y Nito formaron PorSuiGieco y su Banda de Avestruces Domadas. En el 76 se publicó el disco Porsuigieco, con una plétora de músicos invitados, entre ellos Alfredo Toth, integrante de Los Gatos y GIT.
Este álbum, concebido inicialmente con un estilo folk rock, evolucionó a partir de la intervención de sus diferentes integrantes, aportando diversos géneros como el blues y el progresivo.
Ambiciones musicales
El álbum homónimo de La Máquina de Hacer Pájaros presentó un contundente y asombroso sonido, el cual reunió las mejores cualidades de cada uno de sus integrantes, incursionando en el jazz rock y el progresivo más puro y experimental.
Este supergrupo contó con uno de los mejores bateristas del rock argentino: Oscar Moro. Así como la atípica osadía de incluir dos tecladistas; Carlos Cutaia, integrante de Pescado Rabioso, hizo mancuerna con Charly para tales fines. Basta con escuchar «Ah, Te Vi Entre las Luces» para apreciar la perfección sonora plasmada en su obra.
Charly siempre se ha caracterizado por poseer un agudísimo oído, no sólo en cuanto a composiciones se refiere, también ha demostrado astucia al elegir a sus socios. Para su última banda incorporó a unos de los más talentosos bajistas de la escena musical, Pedro Aznar.
El cuarteto García, Lebón, Moro y Aznar formaron Serú Girán, considerada por muchos críticos la mejor agrupación de la música en español. El grupo fusionó diversos estilos para adquirir un sonido fuertemente particular. «Eiti-Leda», «Viernes, 3AM», «Seminare», «Cinema Verité» y «La Grasa de las Capitales» brindan clara muestra de esto.
Consagración
Charly nunca pretendió innovar, su evolución es producto de una transición natural y constante debido a su destacado oído y sensibilidad sonora. Una vez concluida la etapa de Serú Girán, prosiguió una larga y exitosa carrera en solitario, la cual comenzó con la banda sonora Pubis Angelical, en la que interpreta toda clase de instrumentos como sintetizadores, bajo, batería electrónica, percusiones, piano, guitarra acústica y eléctrica, prueba de su prodigio.
Posteriormente editó el disco Yendo de la Cama al Living, en el cual introduce un sonido más orientado hacia el synthpop y el new wave, secundado por Pedro Aznar, León Gieco y Luis Alberto Spinetta. De nueva cuenta, Charly, exhibió su enorme talento interpretando sintetizadores, pianos, guitarra eléctrica y demás efectos sonoros. El tema que da título al álbum es una exquisita joya, compuesta por una sensual melodía a cargo de una máquina de ritmos Roland y un slap de bajo.
Un año después lanza Clics Modernos, considerado por muchos como su mejor trabajo. Su segundo álbum en solitario cuenta con la participación del guitarrista Larry Carlton. Para la gira dispuso un equipo conformado por Pablo Guyot, Alfredo Toth y Willy Iturri de GIT, así como un joven tecladista de nombre Fito Paez. Nuevamente destaca un sonido new wave, particular de la época, así como una de las mejores canciones de su discografía: «Los Dinosaurios».
Larga vida al (psicótico) rey
Charly nunca volvió a ser el mismo, y como ha ocurrido con muy pocos, jamás ha forzado el ser distinto. Pasó sin mayor reparo del synth pop al soft rock, del new wave al pop rock, del funk al punk, del rock más simple al blues, al tango y de vuelta al progresivo.
Ha colaborado con prodigiosos artistas, pero ninguno de ellos se supo mejor que García, a pesar de eso, Charly ha mostrado humildad y pasión por lo verdaderamente esencial en la música, una expresión artística sublime y la posibilidad de exhibir algo admirable a través de la composición.
Resulta evidente que este mundo requiere más psicóticos paranoicos, pero con la música estampada en el corazón.