Tenía años de no hacer una lista de “lo mejor del año”, sobre todo que ya no estoy pendiente de novedades y me he dedicado a comprar discos descatalogados o reediciones, pero creo que es un buen ejercicio para no quedarme atrás de lo que esta sucediendo en la música. Aun así, advierto que hay varias cosas de arqueología musical.
Mouse on Mars regresó con AAI, el acrónimo de Anarchic Artificial Intelligence. Un disco que me recuerda los trabajos de música electrónica de los años 70 y 80. Tanto la canción con la que abre el disco, «Engineering Systems«, así como en «Speech and Ambulation«, ambos con una voz femenina (Amanda Blank ) usando vocoder, que me conducen de cierta forma a «Oh Superman» de Laurie Anderson.
Supongo que lo “anárquico” del disco esta en las repeticiones, gltches y sampleos que parecen aleatorios, aunque sospecho que están pensados para parecerlo así, de la misma manera que Jason Pollock lo hacia sus pinturas. En este disco el dúo de ratones se acompaña de gente de The National, Beirut, y Bon Iver. Encontrarán referencias a la vieja escuela electrónica de Berlín.
Otra leyenda de la electrónica alemana que sigue demostrando musculo y vigencia es Gudrun Gutt. Su solo nombre ya es sinónimo de leyenda al haber sido parte de grupos como Einstürzende Neubauten, Mania D y Malaria! Esta vez hace mancuerna con Mabe Fratti, la cellista guatemalteca afincada en México. Fratti pone su instrumento y hermosa voz a las grabaciones de campo que Gudrun recolectó de varias ciudades. Así logran un disco que amalgama perfectamente las personalidades de ambas artistas, donde lo acústico y lo electrónico no se opacan uno a otro, sino que se complementan. Siempre he dicho que las mezclas son buenas.
Manteniendo el tema de las colaboraciones, creo que uno de los trabajos más sorprendentes fue Promises, un disco producido por Sam Sheperd, quien bajo bajo su alias de Floating Points puso sus composiciones para ser interpretadas por las manos puntuales de la Londond Symphony Orchestra, dejando la libertad de la improvisación al legendario saxofonista de jazz Pharoah Sanders, que hace lo suyo impecablemente. Un disco lleno de calma emotiva, con paisajes casi llegando al silencio, que va rompiéndose lentamente con el crescendo de las cuerdas. Lo orgánico y los sintético embonan perfectamente.
A Vanishing Twin se les ha calificado de ser unos nuevos Broadcast o Stereolab lo cual es injusto, aunque el hecho de que Laetitia Sadier trabaje con ellos en Ookii Gekou, el último disco de los londinenses, no ayuda mucho. Sin embargo, el grupo ha ido forjándose una personalidad propia y creo que en están muy cerca de lograrlo. Esta vez se alejan más de los sonidos cinematográficos y profundizan en otros terrenos, donde guitarras funkies se acompañan con sonidos espaciales de la vieja electrónica de los años 50. Creo que la puntual batería de Valentina Magaletti es en mucho la que ayuda a darles un toque personal, donde lo mismo encontraremos referencias a Sun Ra que a Silver Apples.
De electrónica pionera destaco dos discos que hacen un rescate de lo hecho en México en los años 80. Uno de ellos es Irradiador, disco del que ya les hablé con anterioridad, y el otro es Back Up: Mexican Tecno Pop 1980-1989, que de alguna manera lo complementa. Este segundo disco es la actualización de Backup: Expediente Tecno Pop, trabajo que At-At Records sacó en 2005.
Hay algunos cambios ahora que aparecen en vinilo, lo que supongo que se debe al formato. Salen Duda Mata, Size, Casino Shanghai y entra El Escuadrón del Ritmo con la segunda encarnación del grupo, donde Jaime Herranz deja su lugar a Alex Ice & Drinks. Otros cambios son las canciones de algunos de los grupos que se mantienen. La canción «Alfabeto» de Década 2, donde viene con su Versión Cold, básicamente instrumental. Los tijuanenses de Vandana están presentes por «Cambios en el tiempo». Vale la pena tener ambas versiones de Back Up, así como Irradiador, esperemos así que continúen los rescates en el tiempo, mientras nuestro bolsillo lo permita.
No solo es nostálgica mi lista al incluir electrónica mexicana, también ubico entre lo mejor del año a Ángel Sánchez, Antiguo Autómata Mexicano que con su 20+ Piano Improvisations nos deja una obra donde la programación de instrumentos virtuales y su viaje a través del MIDI logran un sonido “orgánico”, que lo mismo evoca el minimalismo de Satie que los experimentos con “programación” de pianolas de Conlon Nancarrow. AAM se atreve a cruzar terrenos para lograr un buen trabajo donde la música electrónica hace un buen matrimonio con la música académica.
Finalmente pongo en mi lista a dos bandas de rock. Mis selecciones son La Vida de Alguien más, de los capitalinos Diles que no me maten, que, dicho sea de paso, tienen uno de los mejores nombres de bandas de nuestro país; y Como Es, disco de la banda tapatía Dorotheo. Ambos discos fueron producidos por Hugo Quezada en su cada vez más famoso estudio Progreso Nacional.
Diles que no me maten continúan con la distintiva forma de trabajar de Jonás Derbez, que más que cantar nos recita poemas. Me alegra que haya cosas diferentes a lo común. La canción que le da nombre al disco incluye arreglos de cello hechos por Mabe Fratti, una suerte de drones que cierran de forma muy bonita la canción. En la breve «Los gusanos respiran por la piel« el saxofón de alguna manera me remite a estar viendo una película experimental de los años 60. Un excelente disco que espero este en formato físico pronto.
En cuanto a Dorotheo, la banda llegó con un trabajo cargado de sicodelia, guitarras con un toco oriental y sintetizadores gordos. La voz de Benjamín Zárate es muy adecuada al tono que tiene la banda, dejándola a veces como fondo a los instrumentos. Mi tema favorito es «Alba Rosa», donde la guitarra y voz juegan y se acompañan perfectamente. Es un trabajo de amigos, donde su productor, Hugo Quezada, deja a un lado los controles y mete algunos de sus famosos sintetizadores vintage. También están Mabbe Fratti y Amón Melgarejo. Lo dicho, un trabajo hecho con amigos.