De las contradicciones de la juventud a asumirse como un animal del demonio
The Americojones Experience regresa luego de dos años del estupendo Contradiciciones con un nuevo álbum al cual han llamado Animal del demonio y como su mismo nombre lo dice, todo se tiñe de oscuridad y rebeldía en forma de cartas desde el infierno.
Producido esta ocasión por el órfebre Hugo Quezada, el sonido de la banda mantiene ese ímpetu garagero, crudo y directo, pero decantándose esta ocasión hacia un sentido más mántrico, incluso minimalista, como si el espíritu de Televisión o Velvet Underground (de los cuales ya había guiños desde el disco anterior)se hubiera apoderado definitivamente de ellos, para vomitar melodías de excesos y oscuridad.
La fórmula secreta de un gran disco
Desde la inicial “La Fórmula Secreta” la base rítmica marca el camino de lo que nos podríamos encontrar en el álbum, redondeándose por unas guitarras que vician toda la atmósfera, y un Americo Hollander en plan crooner, algo que no le era ajeno, pero que cobijado bajo esta atmósfera, lo hace sonar como un verdadero animal del demonio. Por otro lado, “Viva La Muerte” -el primer sencillo del álbum- les saca su lado más punk y frenético en plan sobrecargado, lo cual contrasta con ese gran y largo tema de nueve minutos que es “El Diablo en la Sangre” -el más largo que la banda ha compuesto- con un estupendo bajeo que mantiene el pulso de la canción, dando espacio a que las guitarras y la batería fluyan por todo el tema hasta llegar a una especie de jam, con un Americo Hollander escupiendo reflexiones de insatisfacción constante.
“Vete de Vago” es un urgente rocanrol, rasposo y seco, puro garage rock sin florituras; “Donde Está El Placer” continua con otra descarga de rocanrol sin pretensiones, siendo “Mi Jefa Me dijo” la cual vuelve a cambiar el rumbo, siendo una versión alterna, densa, distorsionada y más cargada de “Carnales” (tema que apareció en su anterior álbum Contradicciones y que fue escogido para aparecer en el libro Great or Small de Primero fue el sonido).
“Animal del demonio”, tema que da nombre al disco, continua con el tono fangoso marcado en su anterior tema, incluso de una forma más apesumbrada y quebrada. “La Estúpidez” rompe la tendencia con un aire festivo y desmadroso, como el mismo tema anuncia, en una descarga al final con todo el espíritu punk ramone. “Malditas drogas” termina como debía terminar un disco así, de forma destructiva, catártica y suicida. El último gesto debe ser punk y The Americonojoes entienden perfectamente por donde deben de ir los tiros.