Voluntad de vivir

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Loquillo y Los Trogloditas

“Una lástima lo del Bourbon a manos de críticos del rock, autopistas, calles y qué sé yo, no nací en los USA, nací en el Clot”, cantan Los Trogloditas en la voz de Loquillo, en “Chanel, cocaína y Don Perignon”, título que da nombre a su libro de 2019, en el que cuenta la historia del músico José María Sanz en los años 80. Loquillo narra el día en que ‘Los Trogloditas’ abarrotaron la sala Zeleste con cinco mil personas, y el día del atentado de Hipercor, en 1978 por la ETA en Barcelona.

El poeta del barrio del Clot en San Martí, Barcelona, describe con una prosa peliaguda lo acontecido en la Movida: el sexo libre, los fiestones en casas de directivos de discográficas y mucho Rock and Roll; de cuando los rockstars comenzaron a creerse superhéroes y sólo lograron hacer estragos en sus neuronas, en la España contemporánea, donde la explosión del punk había sido asimilada por la industria discográfica.

‘Loquillo y Los Trogloditas’ se funda en 1978, versionando grupos y dando conciertos en los pubs típicos de la provincia. Con el tiempo grabaron joyas como ‘La Mafia del Baile’, ‘Morir en Primavera’, ‘Mis Problemas con las Mujeres’, ‘Tiempos Asesinos’ y ‘Arte y Ensayo’.

Loquillo dotó de mítica con sus canciones a ciertos pandilleros de su ciudad, anónimos de las cámaras, pero que enfocaban a la percepción, la fotografía de un momento en el que todos creían ser alguien.

Indudablemente, José María Sanz “Loquillo”, sabía que tenía razón, que existe una salida y por eso lucha contra ese decreto de lo políticamente correcto, con el rock más grasoso. Y lo más notable es que sus letras no se encauzan en el solo sentido de la libertad, sino que afirma una sobrehumana voluntad de vivir. Cuando el destino impuesto por el sistema se vuelve contra el hombre, el músico a su vez acomete contra el destino, lucha contra él, si todo está condenado y nada ha de salvarse, todo debe ser salvado por el rock mediante la voluntad de vivir.