Entrevista a Ameht Rivera, CEO de Ala Ediciones
A fines del año pasado, acudí a la presentación del libro que lanzó Piro Pendás: Sentido Contrario y al mismo tiempo que conocí al agradable autor en persona, tuve la oportunidad de conocer a Ameht Rivera, el editor de la editorial, con quien entablé una buena amistad y una relación de trabajo que me llevó a ilustrar algunos de sus últimos lanzamientos.
Si algo me llamó la atención, aparte de la seriedad y compromiso de la editorial, fue la impecable manufactura de sus ediciones, y una serie que estaba desarrollándose a la par y que considero se volverá relevante dentro del medio: Rock para leer, lo cual, por el interés de conocer más acerca de ello y la editorial en sí, me di a la tarea de entrevistar al buen Ameht Rivera, quien amablemente nos habló acerca de estos y varios temas más. Agradecemos de antemano, su amabilidad, tiempo y disposición.
¿Qué labor tienes dentro de editorial, Ameht?
Fundé la editorial, la gestiono y represento. Mi trabajo pasa desde la negociación para el cierre de convenios con autores o acuerdos con librerías, entre otras entidades, los cuales puedan impulsar el crecimiento de Ala Ediciones, así como la corrección de estilo o mi intervención en la idea para el diseño de una nueva colección o los forros de un libro. Tú lo sabes bien, porque he trabajado contigo como ilustrador algunas portadas para tres libros de nuestro catálogo.
Tengo un equipo de profesionales que, cada cual en su área, hace su parte para que un libro termine vendiéndose en los estantes de una librería, pero yo siempre he estado inmiscuido durante todo el proceso.
Quizá te suene un poco neurótico no querer “soltar” cada paso del proceso editorial, pero estudié ciencias de la comunicación y, desde la universidad, yo creé mi propio periódico que se llamaba EnSuma (escribía las notas, diseñaba el tabloide, lo imprimía y distribuía), así también desde hace más de 10 años les editaba libros a mis amigos de manera independiente y, todo ese conjunto de experiencias editoriales y relaciones comerciales, un día (antes de la Pandemia), desembocaron en la creación de Ala Ediciones. De ahí mi obsesión por vigilar obsesivamente cada detalle del proceso de creación de un libro, desde su dictaminación, edición, hasta su distribución en las librerías y promoción en medios de comunicación.
¿Cómo inició Ala Ediciones? ¿Cuántos años tiene ya la editorial?
Inició en algún lugar del 2018 de cuya fecha no puedo acordarme. Varios meses antes de que empezaran a circular los rumores de la Pandemia. Fue en Cacahoatán (frontera sur de México). Ya tenía la idea rondando en mi cabeza hace tiempo y una tarde, estando en la azotea de mi casa con mi ex pareja, le compartí mi iniciativa. Ella y yo hacíamos muchas cosas juntos, sin embargo, ese día le dije: “Quiero iniciar este proyecto editorial, pero quiero hacerlo solo”. Recibió mi decisión con buen ánimo. Y yo comencé solo el proceso creativo y administrativo para darle vida a Ala Ediciones con la convicción de hacerla una editorial independiente, pero profesional.
Eso fue determinante para mí que soy un poeta que ha publicado toda su obra con editoriales independientes o de manera autogestiva y, en el proceso, sentí en carne propia los grandes descuidos editoriales de mis amigos editores. Entonces sencillamente no quería repetir, con mis autores, esas fallas en la ausencia de una corrección de estilo; una portada “diseñada” en PowerPoint o bajada de internet, además de la total falta de distribución y promoción de mis libros. Entre otros males endémicos de las editoriales independientes.
¿Caben dentro de la editorial distintas expresiones literarias?
Sí, todos los géneros. Nuestra única premisa es que sea buena literatura. En nuestro catálogo tenemos poesía, narrativa, novela, cuentos, ensayo, biografía. Aunque, quizá el que yo sea poeta, ha determinado el destino editorial de Ala Ediciones, ya que, al tener una relación más cercana con poetas, el 60% de nuestra producción es poesía. Pero, como te digo, más que un criterio editorial es un destino, o si quiero decirlo de otro modo, una consecuencia de mi contexto y mis circunstancias.
¿Cómo surgió la idea de la colección “Rock para leer”?
Un día una editora argentina radicada en CDMX, Rocío Zambianchi, me llamó (yo estaba en mi oficina en Tapachula) para contarme de Piro Pendás, un rockero que tenía un libro. Yo imprimía mis libros con ella que trabajaba en una empresa editorial ajena a Ala Ediciones. Al principio no tomé muy en serio la propuesta porque primero, no conocía a Piro y segundo; “¿qué hacía un rockero metido a literato?”, me pregunté. Sin embargo, Rocío vino de visita a San Cristóbal, Chiapas, y acordamos vernos; yo quería aprovechar la visita de ella para, además de conocerla en persona, charlar sobre proyectos editoriales y visitar a Balam Rodrigo, quien vive en esa ciudad colonial de Chiapas, mismo al que le estaba editando su libro Marabunta.
Nos encontramos con Rocío en un famoso café a las afueras del Centro Cultural Jaime Sabines. Balam estaba también allí reunido con otros compañeros del gremio, ya que llegó a hacer unas diligencias a la capital de Chiapas y habíamos acordado vernos en ese sitio. Para entonces ya Rocío había coordinado una reunión virtual con los tres: Piro Pendás, ella y yo. Para ese momento ya habíamos conversado lo suficiente con Rocío como para estar dispuesto a publicar el libro de un rockero que no conocía. O al menos a escuchar de viva voz su propuesta.
Antes de salir hacia la capital de mi estado a encontrarme con Rocío y (virtualmente) Piro, en plena regadera, se me ocurrió el nombre de “Rock para leer” para iniciar una colección que aunara la música y la literatura, en este caso particularmente el rock y sus derivados. Además vi la oportunidad para integrar en esta colección una idea que tenía de editar libros interactivos, así, pensé que sería buena idea colocar entre las páginas códigos QR con videos, fotos o cualquier material que hiciera de estos libros algo más dinámico. Además, el rock siendo un género irreverente, lo ameritaba.
Entonces, durante la reunión, que fue de mucha camaradería, solté mi idea del nombre. A Piro y a Rocío les encantó. Además, les comenté mi iniciativa de iniciar, bajo ese título, una colección de libros interactivos cuyo primer ejemplar sería precisamente Sentido Contrario de Piro Pendás. Así inició la aventura de una de las colecciones más famosas y prestigiosas de Ala Ediciones, con la amistad entre una editora argentina radicada en México, un músico de origen cubano con sede en Miami y un poeta mexicano metido a editor.
¿Cuántos libros dentro de esta colección se han editado?
Tres. Sentido Contrario de Piro Pendás, fundador de la banda Ritmo Peligroso; Skapando hacia la locura, de Ricardo “Pipi” Delgado, ex frontman de la banda española Ska-P; y Arturo Meza, El último unicornio, que es una biografía de este rockero mexicano escrita por el Dr. Mario Alquicira.
¿Cómo se ha dado el contacto con los músicos o la gente indicada para editar esta colección?
Con los músicos, ya te conté el caso de Piro Pendás, ahora te cuento el de «Pipi» Delgado: estaba en mi hamaca en Cacahoatán cuando me entró una llamada de un número que no tenía registrado. Dudé en contestar por aquello de las estafas. Pero luego vi el 55 con el que iniciaba el número y, como conozco mucha gente en Ciudad de México, pensé que podría ser algún conocido no registrado quien me llamaba y contesté.
Era el publicista de Ricardo “Pipi” Delgado. Ellos habían visto el libro Sentido Contrario que le editamos a Piro y les encantó. Lo demás fueron reuniones virtuales, coordinación y mucho trabajo, ya que Pipi tenía todo el material de su futuro libro en formatos analógicos (fotografías, videos, recortes de periódicos, etc.) y había que, además de editar el texto original, pasar todos esos archivos a formato digital, de esto último se encargó Pipi, ya que él tenía los archivos en su casa en España. Fueron días de desvelos, risas y desesperación. Ya que Pipi venía a un concierto a México en una fecha cercana y el libro tenía que estar listo para dicha fecha. Lo editamos en tiempo récord y, hasta ahora, ha sido uno de los libros mejor vendidos de Ala Ediciones.
En cuanto a las personas que editan junto conmigo esta colección: Rocío Zambianchi, coeditora, Álvaro Sánchez, ilustrador, Valeria Mendoza, correctora de estilo, Mónica Trujillo, diagramadora, y últimamente Antagónica Furry, quien ilustró el libro de Arturo Meza… son personas que he ido conociendo en mi camino como poeta y editor independiente con los que he coincidido en mi visión de una mezcla de profesionalismo y creatividad a la hora de editar un libro. En estricto sentido no los he contactado yo, sino que sencillamente ¡aparecen!, como si la colección Rock para leer en particular, y los libros de Ala Ediciones en general, tuvieran un destino manifiesto del cual nosotros somos personajes destinados para sacarlos a la luz.
¿Se piensa ampliar mucho más esta colección?
Por su puesto. Estamos en pláticas con varios autores que no puedo mencionar por cláusulas del contrato. Sobre todo, porque hay algunos impulsos que no preví al iniciar esta colección, mismos que me llevan a continuarla. Por ejemplo: los músicos tienen mucho más seguidores que un escritor promedio, entonces, como todo editor sabe el gran Talón de Aquiles del mundo editorial son las ventas de los libros, así con esta fusión quimérica entre música y literatura se remedia, no solo el problema de las ventas, sino también el mayor enemigo de los libros: la falta de interés por la lectura.
Un ejemplo: al terminar la presentación de Skapando hacia la locura en el Tianguis Cultural de El Chopo, Pipi se me acercó y me dijo: “Tío, hay gente aquí que me ha dicho, esta es la primera vez que voy a leer un libro”. Y es que el ska es conocido por su penetración en zonas populares y marginadas y los libros no están dentro de la canasta básica de este sector de la población, sin embargo, al publicar un libro de su artista favorito, los astros se alinearon para que algunos fans del ska se animaran a comprar y leer su primer libro. Y no dudo que esto los enganche para adquirir más libros de otros géneros y temas.
Asimismo, tanto con Piro como con Pipi, vi un fenómeno esperanzador: papá y mamá comprándole un libro a su hijo y tomándose una foto con su artista favorito. Si eso no es una manera innovadora de promoción de la lectura, no sé qué lo sea.
Por otro lado, en la más reciente presentación que tuvimos en la librería Rosario Castellanos del Fondo de Cultura Económica en Ciudad de México. Rafael Catana, David Cortés, Mario Alquicira, y Georgina Parra, quienes presentaron el libro junto conmigo, coincidieron en que es necesario un soporte literario para documentar la historia del rock nacional que, dicho sea de paso, ya es parte de la cultura popular de México.
Así que; el éxito de ventas de estos libros, la promoción de la lectura a través de los mismos, y el rescate de nuestra memoria musical colectiva, a través de los libros de la colección Rock para leer, son impulsos extraordinarios que me hacen seguir editando más libros para esta colección.
¿Y si escuchas mucho rock? ¿O tienes otro tipo de gustos?
Soy un oidor de rock promedio, aunque tengo mis exquisiteces: en mi juventud adoré al Flaco Spinetta por su novedosa fusión de poesía y rock, incluso escribí un libro (Rosas & Spinettas, 2012) inspirado en su álbum homónimo Artaud; ahora soy un ferviente adorador de David Bowie y quiero crear una religión bowieniana donde yo sea, a la vez, oficiador y feligrés de su culto.
Empecé a profundizar y ampliar más mi escucha de rock y sus subgéneros con el podcast del buen Piro: Cómo está la banda, del cual soy fan. Se los súper recomiendo a la gente que quiera saber más acerca de este género musical. Yo lo sigo en YouTube. Por otro lado, toco muy bien la guitarra, de manera no profesional participé en tríos de boleros, rondallas, incluso fui profesor de guitarra en una casa de cultura de mi región. De ahí mi amor por la música. Me gustan los boleros, el flamenco, la música clásica, el jazz, la salsa (aunque para oírla, porque no sé bailarla) …en fin tengo un oído curioso, intento estar al día, también escucho k-pop, reguetón, rap, y me gusta el freestyle. Vaya, la buena música no tiene géneros.
Se viene la Feria Internacional del libro en Guadalajara. ¿Qué libros se van a presentar?
Este año llevamos grandes libros-autores, de los cuales te menciono tres: Muertos Incómodos, que es una novela cuyo personaje principal es el detective Belascoarán. Esta novela es muy curiosa porque la escribieron a cuatro manos el Subcomandante Marcos y Paco Ignacio Taibo II. Inconseguible en México.
También presentaremos la antología poética No nos hemos perdido de Raúl Zurita, poeta chileno nominado al Premio Nobel de Literatura y reciente ganador del premio Federico García Lorca de poesía 2022. También, se suma a la colección Knórosov la obra maestra del multipremiado poeta Balam Rodrigo: Libro centroamericano de los muertos, obra que mereció el Premio Bellas Artes de Poesía 2018. Todos estos libros son ediciones bilingües: español-inglés. Y llevamos muchas sorpresas más. ¡Nos vemos en la FIL!
Mi nombre es Ameht Rivera soy CEO de Ala Ediciones y pueden seguirnos en Facebook para estar al día de nuestras novedades editoriales.
Muchas gracias!