Compuesta por los mejores amigos y co-conspiradores Asha Lorenz y Louis O’Bryen, Lincoln Barrett en la batería, el multi instrumentista Campbell Baum y Marco Pini como nuevo integrante, Sorry lleva haciendo música desde la adolescencia. Tras 925, su aclamado debut presentado en 2020, este año presentan su nuevo trabajo: Anywhere But Here.
Tras surgir de la escena de Windmill de Brixton, en donde tocaron junto a Shame, Goat Girl y Black Midi, Sorry ha logrado crear su propio mundo musical marcado por la pasión hacia sonidos lo-fi con tintes de grunge y shoegaze.
Si su primer LP era más electrónico, Anywhere But Here rinde homenaje a compositores clásicos de los 70s, como Carly Simon y Randy Newman. La voz ambivalente y despreocupada de Asha contrasta con los sonidos desafinados y discordantes de guitarra que hacen eco a bandas de los 90s como Slint y Tortoise.
Anywhere But Here fue producido en su mayor parte por Louis O’Bryen y Asha Lorenz, miembros de la banda, y Ali Chant junto con Adrian Utley, de Portishead, en Bristol. Por su parte, Charlie Andrew ha coproducido «Key To The City» y el single principal del álbum, «Let The Lights On» con Louis y Asha.
Londres aparece como un personaje prominente en el álbum. Conversaciones oídas, mensajes de texto, palabras robadas grabadas bajo el suelo; las palabras desechadas de la ciudad alimentan las letras que esquematizan la experiencia de la vida urbana de una generación joven y frustrada. Pero este es un tipo de ciudad diferente a la de 925, contada a través de las voces de dos personajes en sus veintes cuyas vidas se han vuelto insulares. “Si nuestra primera versión de Londres en 925 era inocente y fresca, entonces esta es más tosca. Es un lugar más demacrado” dice Louis. Para Asha, este periodo de intensidad fue retador: “Sólo hice lo mismo que todos, me volví un poco loca”.
Mientras su relación romántica se desintegraba, pasó días lentos reflexionando sobre el pasado. “Sentí como si todo se estaba alejando tanto de quién era yo” ella dice. “Seguía pensando ‘¿quién soy ahora?”. Su madre, una duola de la muerte, regresaba a casa cada noche de proveer guía espiritual a pacientes en su última etapa de la vida, con historias profundas que era imposible no absorber. De estos periodos domésticos de inquietud y desasosiego, Asha escribió la canción de cierre “Again”, sobre el renacer y la muerte, con un arreglo que responde a la idea de frecuencia que trasciende el cuerpo femenino: The world shone like a chandelier / and I was lost for Good.
Una sensación de novedad se cuela en el centro de las canciones de Sorry, de lo que significa ser joven en los 2020s, con todos los retos y la ingenuidad que trae la vida en la ciudad.
Sin duda un disco que cumple con las expectativas dejadas por su predecesor, con este ritmo Sorry se perfila como una de las bandas importantes de la década.