H. Hawkline – Milk for Flowers

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El quinto álbum del músico galés  H. Hawkline, Milk For Flowers es un álbum que desde el inicio te atrapa y que, después de escucharlo completo, termina siendo entrañable. Si bien sus álbumes anteriores tenían su gran encanto -solo hay que darle una escuchada a In the Pink of Condition-, es posiblemente esta su mejor obra, la más cautivadora y redonda. 

Milk For Flowers tardó en llegar cinco años después de su última entrega, y esta tardanza se explica entre otras cosas, por la pérdida de su madre en 2018 y la pandemia que azotó el mundo en 2020, sin embargo, en el mismo álbum se proyecta un cúmulo de emociones dadas por estas situaciones en particular y que son expresadas de una forma distinta a como nos tenía el músico acostumbrados. 

Grabado en Rockfield Studios, el álbum cuenta con una gran cantidad de colaboraciones musicales, entre los que se encuentran Tim Presley [White Fence, DRINKS, The Fall], Euan Hinshelwood [Younghusband, Cate Le Bon], el gran John Parish [PJ Harvey, Eels, Aldous Harding], entre otros excelente músicos; así mismo, el álbum fue producido por la estupenda Cate Le Bon.

El álbum es una colección de composiciones sencillas donde pianos, guitarras, armonías vocales y arreglos juegan entre sí para crear un ambiente íntimo con momentos bellamente construidos que resultan conmovedores, transitando a través de una paleta de colores de una profunda melancolía, pero que al mismo tiempo va transmitiendo mucha luz por su camino, como lo demuestra «Milk For Flowers», el tema abridor, una joyita de pop sinfónico que marca una distancia con lo que nos había mostrado el músico en discos anteriores.

Este tono, se sigue desarrollando y reafirmando a través de todo el álbum por medio de las letras y la brillante instrumentación. Le sigue al tema abridor, “Plastic Man”, un pop psicodélico muy a la usanza de Super Furry Animals, esa maravilla galesa que ha sido influencia para el mismo músico; “Supression Street”, por otro lado, tiene un estupendo equilibrio de efectos electrónicos y sonidos acústicos de una manera muy sutil. 

“I Need Him” es otro tremendo tema, desde sus aires country, y “Denver” crea un interesante contrapunto entre el piano y la batería, para enmarcar una linda y suave melodía. “Athens at Nigth” se introduce, sin desentonar, dentro de las aguas ochenteras del synth pop -una clara influencia de la gran Cate Le Bon en lo mostrado en su álbum Pompeii del año pasado-, y “Like You Do” es una sentida balada que nos vuelve a mostrar la gran valía de la sencillez. 

“It’s a Living” da otra muestra de la facilidad que tiene el músico para crear temas luminosos al mismo tiempo que melancólicos, y “Mostly” hace de la languidez su mayor virtud, para ir dando paso a unos arreglos que se encuentran entre lo mejor de toda la obra. El álbum cierra con “Empty Room”, un tema que resume todas las virtudes que hasta aquí hemos hablado en torno al álbum, lo cual lo vuelve un cierre espectacular, sin perder la elegancia y la pausa.

Milk for Flowers es desde su sencillez y naturalidad, un disco imprescindible este año.