La leyenda de Melusina es una antigua historia europea que cuenta la historia de una mujer que desde niña sufre un hechizo, y que se transforma en un ser fantástico, mitad mujer, mitad serpiente, lo sábados. Un secreto que le guarda a su marido, por medio de una promesa que este rompe, y la descubre, provocando que Melusina termine huyendo convertida en un dragón volador.
Esta historia ha sido recreada y retomada por distintos artistas dentro de la cultura popular, siendo de esa forma como llegamos a la estupenda Cécile McLorin Salvant, quien le dedica su nuevo álbum, creando un bello y sorprendente álbum conceptual.
Mélusine es el sexto álbum de la artista estadounidense, cantado casi íntegramente en francés, con algunas partes en idiomas como el occitano, inglés y criollo haitiano, de su propia herencia (sus padres son franceses y haitianos). Ella misma se siente identificada con el personaje de la leyenda, en parte por el sentimiento de ser un híbrido de distintas culturas.
El álbum se compone de cinco temas originales y nueve canciones de distintas épocas -que abarcan un abanico que va desde el siglo XII hasta la década de los 80- en donde la voz de Salvant luce magnífica como es su costumbre y donde su expresividad nos lleva a distintos terrenos, y aunque musicalmente no se adentra tanto en la vanguardia, como en su anterior obra, ganadora del Grammy, Ghost Song -de hecho este álbum juega mucho dentro de los terrenos de la tradición- si llegan momentos en donde la música se dispara, de forma lúdica, hacia ambientaciones más abstractas.
Adentrarse en Mélusine es adentrarse en un viaje entre distintas épocas, continentes y culturas que se conectan entre sí, la mayoría de veces con temas que suenan alegres -a pesar de la oscuro temática del cual parte el álbum-, como la muy latina “Doudou” o la simpática “Il m’a vue nue”, aunque también tiene tiempo para momentos un tanto más tristes y que crean otro tipo de atmósferas, como la abridora “Est-ce Ainsi Que Les Hommes Vivent?” -¡Que gran momento a mitad del tema con ese piano disonante!- o “D’ un Feu Secret” con una interpretación vocal excelsa llevada de la mano de una particular instrumentación, un extraordinario ejemplo del talento de la artista de como llevar un tema antiquísimo, prácticamente de la Edad Media, a la vanguardia.
Otros grandes momentos son por ejemplo, la juguetona “Dites Moi Que Je Suis Belle”, prácticamente una canción de cuna que navega sobre una energética percusión, o su propia versión en vivo de “La route enchantée” -pura calidad interpretativa- así como la bellísima “Wedo” con esa percusiva sección electrónica que se contrapone a la dulce interpretación vocal de la artista.
En términos generales, Mélusine es un álbum redondo y bastante recomendable de una de las voces más importantes del jazz vocal en la actualidad.