Un soviético sin final

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*Fotografías por cortesía de Adriana Armenta.

Soviet Soviet (así es, dos veces soviet) es una de esas grandes bandas del postpunk que tanto suena en estos días. Su sonido es un clásico movimiento veloz dirigido fundamentalmente por el bajo y la voz del líder de la banda Andrea Giometti, acompañado por unas excelentes percusiones y por supuesto, por una guitarra fulminante.

Ver a Soviet Soviet en vivo siempre es garantía de éxtasis y arrojo. Este 7 de septiembre tuve la oportunidad de verlos por segunda vez aquí en Guadalajara, en esta ocasión en el gran escenario de C3 Stage. A diferencia del evento pasado (en el Rooftop), el principal escenario nos concedió un sonido más envolvente y circular, con un sistema de luces veloz y eficaz que generaron la atmósfera adecuada de un evento del nivel que demanda la calidad de esta tan legendaria banda.

Aunque el postpunk no es un nuevo género, y Soviet Soviet si es una banda relativamente nueva, estamos frente a un fenómeno musical difícil de pasar desapercibido para el melómano instruido. Soviet Soviet es sin duda un clásico contemporáneo.

El sonido rápido y agridulce, sin duda su sello sonoro, dió inicio al rededor de las 10 de noche con su tema “Ghost”, su sencillo más reciente que de hecho hace un cambio por completo en su narrativa regular, haciendo un alarde de su conocimiento también en los lindes de la música lenta y profunda, quizá fruto de su nueva guitarrista, una chica que sustituyó a Alessandro Constantini por motivos que hasta la fecha de esta redacción todavía permanecen desconocidos para la editorial. Esta pieza marca el inicio, sospechamos, de otro rumbo igual de prometedor del futuro de la banda.

El concierto fue breve pero estimulante, 10 canciones fueron suficientes para conjurar la pintura que todos sus oyentes siempre hemos añorado. Un agitado Andrea, tambaleante con su bajo, a la vez que el baterista se roba los aplausos con sus prolongados solos. Así como una guitarrista minimalista, sólida y estoica. Llegando a tiempo y reventando la realidad en sus necesitadas intervenciones.

“Endless Beauty” de su último disco de estudio nos revive a su sonido clásico como en carrera de obstáculos sentimentales. “Remember Now” hace lo propio. “Endless” es uno de mis discos favoritos de esta banda por lo que no disimulo el gusto por el reencuentro sonoro. Mientras miro al rededor y todo mundo comienza a brincar en contagiada algarabía. “Fairytale” hace la tercia de este disco y ya todo mundo está sincronizado por completo con el tercio en el escenario.

Con su siguiente canción Andrea nos juega una broma afirmando que la siguiente canción es un nuevo ejemplar, pero no va siendo la sorpresa que en realidad es “Ectasy”, quizás el mayor clásico de esta banda. Todos reímos brincando de gusto al reconocerla. Viene el turno de “Change With the Sun” también del sencillo “Ghost”, pero esta canción ya retoma su sonido agridulce y veloz. Una muestra de que el origen sigue siendo destino en su producción sonora.

“Rainbow” nos pone en una tesitura tipo Placebo, y su tema dramático nos sumerge en esas melancolías del 2013. Sigue una triada espectacular del disco Fate: “Introspective Trip” -más cadenciosa- nos catapulta a cierto delicioso soliloquio. Con “Gone Fast” la velocidad de hecho desciende, es más bien un tema suave y de melancólica presencia que prepara la calma para “No lesson”, la gran canción. De nuevo la tristeza nos invade con No lesson, thank ya so much your help…

Uno pensaría que esa canción sería el perfecto cierre, pero… but tonight we are on a staaaaar suena de pronto…

… She’ll take you theeeeere, she’ll make you dreaaaam…

La guitarra y el bajo hacen uno con el corazón colectivo de esta masa de gente sintiente y el llanto por explotar. Pero llega el final-final con “Pantomime”. Canción que nos devuelve al eterno Endless y al sonido rápido y dulce después de haber dejado el aliento segundos antes…

Su final es estrepitoso y distorsionado, esta última canción la alargan como rememorando la lentitud de la canción con la que abrieron “Ghos”t, dándonos la pauta para suponer que este concierto realmente nunca ha comenzado, y por lo tanto no tiene final.