Una Fracción del Total

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Hay bandas grandes, definitivas e importantes. Built To Spill es importante. Estas bandas tienen discos grandes, definitivos e importantes. Keep It Like A Secret es todas las anteriores. En el árido panorama que va de 1998, pasando por la abdicación a la corona de Pavement y culminando con la llegada de Is This It?, cuatro o cinco bandas nos ayudaron a conservar la cordura en un mar de Nu Metal y estupidez. Built To Spill son santos, ¿qué digo santos?, son héroes y aquí voy a hablarles de la música detrás de la niña con alas que mira a la pared.

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“The Plan” fácilmente es una de mis canciones favoritas para abrir un disco en la historia. Es una declaración de intenciones, brutal, directa, oblicuamente política, misteriosa y cargada de una ambición metafísica no muy recurrente en bandas originarias de la costa Oeste Americana, más proclives a la ironía que a la profecía formidolosa. Los vaivenes entre líneas armónicas flotantes y oxidadas se responden entre sí construyendo capas y capas de sonido cuasi físico que aparecen y desaparecen hasta mostrar lánguidamente tierra a lo lejos.

El track 2 y primer sencillo de la placa, “Center Of The Universe”, tiene una base más ligera y a través de sus desconexiones y adivinanzas líricas establece el tema, estamos muy cómodos y esto no puede seguir así. Otra gran canción que empieza y termina en menos de 3 minutos, una condición voluntaria que Martsch buscó en contraste con las canciones de Perfect From Now On.

“Carry The Zero” es una montaña y en cierto sentido la canción definitoria del tracklist. La música se teje a sí misma en tiras infinitas mientras la letra devela algo, pero no ofreciendo un significado sino cortando la respiración del oyente. Una contradicción que se vuelve parte primordial de la experiencia diseñada por la banda, «sabemos algo que no quieres saber pero que no podrás evitar ver a través de los dedos que cubren tu rostro».

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“Sidewalk” funciona más como un idiosincrático palate cleanser a la densidad del tema previo, coqueteando en momentos con jangle indie inyectado con esteroides. Éste se liga con “Bad Light”, a mi parecer el tema más flojillo que podría caber en casi cualquier otro disco de bandas similares trabajando 3 años antes o 6 años después, algo que reduce el ritmo, pero no afecta el resultado final ya que el lado A de la placa termina con una obra gigantesca: “Time Trap” con su interminable intro en crescendo y las guitarras que se adelantan entre sí. “Time Trap” con su hipnótica línea rítmica adornada por un artista en el tope de sus poderes, “Time Trap” con su valle donde puedes sentirte seguro, hasta que no puedes; “Time Trap” con su carnavalesco final, “Time Trap” con su Do you want to save your life?

Seguir a ese impasse sería imposible para casi cualquier canción, excepto que el track #7 es “Else”, otra de esas canciones decididas a vivir en tu mente para siempre. Una línea de bajo que te sostiene hasta que a final de cada puente la banda decide golpearte en la cara con un efecto de guitarra imposible que guía el final añadiendo peculiares invitados hasta terminar donde iniciamos.

“You Were Right” es una anomalía que en manos de un artista menos capacitado o más cínico se convertiría en una especie de cliché. Sin embargo, con la banda de Idaho termina siendo algo diferente, un himno para cantar a pulmón mientras aceptas que nada importa en verdad. Ya sabes, la vida sigue mucho más allá que la emoción de estar vivo. Guay, chicos.

La antesala al patíbulo es “Temporarily Blind”, una bonita sala de espera que no desconecta al escucha del ritmo y el mensaje.

El álbum culmina en una nota alta con “Broken Chairs”, una epopeya musical de más de ocho minutos basada en un poema de Uhuru Black que crece gradualmente a través de la fricción y el conflicto hasta un éxtasis cabrío de guitarras. Un guiño tanto al sonido pasado como al futuro de la banda.

Este álbum es una obra maestra que ha envejecido con gracia y sigue pasando de mano en mano hasta ser un punto de referencia para el indie rock por todo: las letras, la música, la portada, las ideas. Si aún no lo has escuchado, te espera un viaje musical inolvidable. Si ya lo has escuchado, sé que volverás pronto. Este no es un disco para poner en fiestas, para utilizar como ladrillo en un mixtape o para perderte en sueños del porvenir. Es un cable a tierra para los inadaptados, raros, parias, marginados, proscritos.

Uno de los nuestros para siempre.