La artista afincada en los Ángeles regresa con su sexto LP: Something In the Room She Moves, luego de seis años de su anterior lanzamiento.
Entre su obra previa, Aviary, y esta, se atravesaron situaciones que marcaron a la artista, como lo fue la pandemia, la muerte de un sobrino muy querido, y el nacimiento de su hija. Todo esto, sin lugar a dudas, vino a marcar un antes y un después, e incidió en su concepción del álbum, al intentar evocar, como ella comenta, “el sonido interno del cuerpo”.
El álbum transcurre de una forma minimalista, con una sensación vaporosa, en donde cada tema se suspende y palpita de forma serena y evocativa mediante tracks muy dirigidos hacia el ambient, con ciertos aires avant garde donde lo mismo resuenan detalles jazzísticos, que música de cámara, y por momentos, ese sentido pop de la artista, hábilmente camuflado entre las distintas capas de algunos temas.
Todo parece indicar que la artista encontró en este álbum un camino de reflexión y naturalidad, después de varias experimentaciones en su carrera, llegando a este punto en donde su propuesta se siente madura, así como más accesible, y donde se condensan todas sus inquietudes artísticas a través de una obra que suena al mismo tiempo, etérea y terrenal.
Sin duda, una obra profunda y contemplativa que te envuelve dentro de si.