Publicado por ¡Seguimos en pie!
Se cumplen 10 años del lanzamiento de Resituación [Marxophone, 2014], el sexto disco de Nacho Vegas que significó un nuevo rumbo en su carrera. Hasta antes de su lanzamiento su obra podía dividirse en dos grandes bloques: sórdido/maldito y pasional/autobiográfico; Resituación vino a inaugurar un tercer bloque que podemos denominar social/activista.
Nacho es un gran hacedor de canciones, sin duda. Como un artesano, y a pesar de sus debilidades, ha ido perfeccionando sus recursos. En este álbum las letras resultan más cristalinas que nunca, de fácil entendimiento, sirva de ejemplo “Polvorado”, con su aire countrybilly y su estribillo magistral: “polvo somos, lo sabemos, y en pólvora nos convertiremos”. Las melodías son maduras y pegadizas a la vez, “Indefensos” abre el disco con esa instrumentación elegante que se derrumba, mientras que “Un Día Usted Morirá” se apoya en una tonada ágil y radiable para decirnos: “no se apuren, no eran de los nuestros, todo sigue yendo bien”. Su voz, acompañada por momentos del coro Patio Maravillas, logra interpretaciones tan seguras de sí mismas como “La Vida Manca”, ese delirio onírico y frenético registrado con una soltura vocal difícil de encontrar en su cancionero.
Pero a pesar de entregarnos once temas redondos y frescos [sí, frescos, palabra casi imposible de utilizar en la obra de Vegas] el disco dividió opiniones y hubo un amplio sector de su público que no estuvo conforme, ese público que quiere verlo hasta el final de sus días al borde de la sobredosis y el suicidio, que corea, con cerveza en mano, “Miss Carrusel” sin saber que el autor es Townes Van Zandt, que interrumpen un discurso del propio Nacho para pedir “La Pena O La Nada” 700 veces por concierto.
El disco daba un golpe en el tablero, es cierto, pero por fortuna varias fichas quedaron inmóviles en su lugar. Es decir, era un nuevo Vegas sin dejar de ser el mismo. Temas cotidianos y autorreferenciales como “Actores Poco Memorables”, otros en los que vemos retratada con la más inspirada melancolía la “Luz De Agosto En Gijón”, y un homenaje, a la vez sexy que tradicional, para Lorena Álvarez en “Rapaza De San Antolín”, dan cuenta de ello.
Resituación ha resistido al tiempo mucho mejor que otros trabajos, a pesar de estar anclado a contextos sociales en constante cambio, y haber atravesado diez años turbulentos con una pandemia de por medio, “Runrún” parece haber sido escrita ayer, con sus urgentes consignas imperecederas, como: “nos quieren en soledad, nos tendrán en común”.
Para terminar de salpimentar el disco, “Adolfo Suicide” nos brinda distorsión y energía, con una letra entrañable y llena de humor. “Libertariana Song” nos presenta a Nacho cantando sobre un ritmo caribeño, cosa que resultaría impensable años atrás. Y la guinda la coloca, la versión libre de “Devil Town” de Daniel Johnston, un poco más que un cover en el que mezcla todas las aristas mencionadas.
Resituación se suma al viejo canon de música popular en la que se utilizan melodías contagiosas y letras sencillas para denunciar abusos atroces. La búsqueda pop que había emprendido años atrás aquí se cristaliza como vehículo perfecto para la reivindicación, pues de poco sirve escribir una obra maestra si no llega a los oídos de la gente. Sin perder su esencia, Nacho rompió su viejo personaje para escribir uno de los mejores álbumes de su carrera… y por eso brindamos hoy, diez años después, en tiempos líquidos de mundo b.a.n.i. e inteligencia artificial, Resituación vive: ¡Seguimos en pie!