Al hablar de la música surgida en Alemania, irremediablemente nos viene a la mente el poderoso escuadrón del thrash metal alemán, igualmente nos vienen a la mente actos como Rammstein, o los poderosos Kadavar, o los blackmetaleros Nargaroth, etc. Por esa razón, es casi imposible imaginar que las tierras alemanas, también pueden dar frutos como Dirtwater, un proyecto que tiene todo el sello del folk norteamericano, siendo prácticamente imposible no pensar a primera escucha, que este trio es de origen estadounidense.
Conformado por J. Bachmeier (voz, guitarra, banjo), K. Gore (coros, guitarra, dobro, weissenborn), y S. Bachmeier (coros, guitarra, mandolina, arpa de blues, acordeón), este proyecto presenta en el año 2019, With The Wolves, su álbum debut, conformado por un sonido orgánico, que transpira ese aroma rural, a praderas y a bosques.
Folk altamente agitado por la escena tradicional estadounidense, con un recorrido por las influencias de músicos como Woody Guthrie o Pete Seeger, hasta llegar al sonido del southern goth, tonadas de la región de los Appalachia, y country, todo aderezado con letras que van desde referencias a los pioneros rurales, hasta el sufrimiento, el amor, la oscuridad, leyendas locales, la inevitable figura de Lucifer, etc.
Digamos que si Ben Howard formará un proyecto con Sons Of Perdition, Highlonesome, y los 16 Horsepower, tal vez el resultado sería Dirtwater. Y como un plus, es menester destacar la grandiosa portada, diseñada por la propia banda, que retrata perfectamente el feeling del álbum. Es inevitable ver este trabajo visual y no sentirte atraído por escuchar la música.
Pasemos al contenido sonoro, que abre con ‘Mountain Man’, un corte de más de seis minutos, con un excelente arpegio de guitarra acústica, reforzado por una guitarra lap steel, que cae como un complemento perfecto. También hay lapso para acordes acústicos completos, que se disuelven para retornar al arpegio príncipal. Pronto llega el sonido de la armónica, mientras que el plano vocal es muy bien llevado por la voz principal y los otros dos miembros aportando coros. Después del grandioso inicio, llega el turno de ‘Old Maker’s Mark’, corte de folk más orientado al sonido de los viejos actos como Woody Guthrie, con únicamente dos guitarras acústicas y un manejo vocal igual de orgánico.
‘Another Place To Sin’ sigue la línea folk y nuevamente se refuerza con el sonido de la lap steel (que básicamente hace la función de la pedal steel guitar, con la diferencia que la primera presenta una elaboración similar a la guitarra acústica convencional, pero se toca acostada en las piernas a manera de slide, o se puede tocar colgada, pero en la posición acostada). Los arpegios acústicos son muy acertados y forman una especie de contrapunto a la voz. En el lapso final del track, se incluyen unos silbidos, que van muy ad hoc. La lap steel, mandolina y guitarra acústica, se unen en ‘In These Woods’, logrando una mezcla musical que da ese sonido country folk. Una prueba de que estos ejercicios musicales no solo los pueden lograr los músicos estadounidenses.
La guitarra acústica es protagonista en ’25’, no sin recibir una ayuda de la mandolina, que aporta excelentes arreglos. Excelente corte de folk country. Llega el turno de ‘With The Wolves’, el track que da título al disco. El folk acústico conformado por las guitarras arpegiadas y la lap steel, avanza pausado, con una excelente interpretación vocal, ya que si bien, el vocalista no es un virtuoso de la voz, da justo en el elemento adecuado en cada track.
‘Brothers In Blood’ rememora en su primera mitad, al folk ejecutado a más velocidad, con únicamente guitarra acústica y voz. Se percibe la innegable influencia de Woody Guthrie en cada arpegio. A la segunda mitad, los acordes completos hacen su aparición, y se une también un estupendo arreglo de banjo, convirtiendo a este track, en uno de los puntos más relevantes del álbum. ‘Pale Rose’ baja la velocidad, a favor de una estructura tranquila y minimalista, como dictan los cánones folkies. La voz principal es adornada por los coros que hacen los otros dos integrantes, logrando un resultado perfecto.
‘Ragged Soul’ presenta acordes completos como base, con una pequeño adorno de arpegio, y para coronar el estilo medio dylanesco, una armónica se une a la fiesta. La letra está más enfocada en un estilo oscuro, que hace que este grandioso track pueda también ser etiquetado como southern goth. ‘Low Life’ sigue presentando arreglos de guitarra con gran encanto. Las voces comulgan perfecto con la estructura, y destaca el arpegio principal, tan sencillo como efectivo.
‘Three Black Birds’ cierra este estupendo trabajo, con un tono folk sombrío, algo que les va muy bien a este trio. Y por si fuera poco, hace su aparición el acordeón, lo que le da ese toque estilo Ben Howard. A la mitad del corte, se presentan unos estupendos arreglos, que sirven como puente para un lapso de guitarra y voz, mismo que es un augurio para la llegada nuevamente, del acordeón y más arreglos acústicos. No había mejor manera de despedir un álbum tan excelso, ya que esto sin dudas, es lo mejor de todo el disco.
En resumen, estos alemanes con alma estadounidense, demostraron que por más que ciertos géneros tengan prácticamente denominación de origen, siempre es posible que una semilla germine de forma tan perfecta, en otro lugar lejano, y para muestra With The Wolves, una declaración folk arraigada en el sonido de los pioneros, que suena con elementos renovados de la nueva escena de trovadores rurales, de esos que desgraciadamente carecemos en México, en donde la supuesta escena folkie es simplemente un pie de página olvidable. Si te gusta la música folk, con tonos oscuros, orgánica, sencilla y a la vez bien estructurada y pensada, esto es un LP y una banda que sería imperdonable perderse.