La historia de John Smith Hurt, es por demás peculiar. Nacido en 1893, en Teoc, Mississippi (aunque creció en Avalon, perteneciente al mismo estado), fue desde niño, atraído por la música, aprendiendo a tocar la guitarra, de forma autodidacta, a los nueve años de edad, esto mientras laboraba como peón en una granja, en donde el blues era parte del soundtrack de los workingmans.
Sus influencias musicales se alimentaron de diversos músicos, entre ellos un anciano que jamás grabó, llamado Rufus Hanks; también absorbió el sonido del legendario músico country, Jimmie Rodgers. Estas influencias variadas, determinaron su peculiar estilo.
Sus primeros pasos dentro de la escena del blues, los dio con Willie Narmour, entrando en sustitución de Shell Smith, el colega musical de Willie. Y más tarde, el sello Okeh Records, se interesa en grabar a Narmour, quien inmediatamente trató de subir al barco a John, recomendando al músico con Tommy Rockwell, productor de la disquera.
Obviamente el sello se vio altamente interesado, y sumaron a John a su catalogo, grabando algunas sesiones, a la edad de 35 años, esto en 1928, y fue en esta etapa, que recibe el mote de «Mississippi», como parte de la campaña promocional de Okeh Records, aunque desgraciadamente el álbum no tuvo ni un mínimo impacto. A esta respuesta negativa, se sumó la época de la Gran Depresión, lo que trajo una gran crisis en Estados Unidos, provocando el hundimiento de la disquera, dejando sin cobijo musical a Hurt, que no tuvo de otra más que volver a Avalon, a la vida laboral de siempre, alternando las jornadas con esporádicas tocadas en el pueblo.
Tras un poco más de 30 años que transcurrieron desde su primer y único intento en la industria, John había perdido cualquier esperanza de volver a grabar, pero en 1963 la fortuna le vuelve a sonreír, cuando Tom Hoskins, un reconocido crítico musical se da a la tarea de localizarlo, y convencerlo de ir a Washington, para revivir su carrera. Mississippi John Hurt, llegó con la bandera de músico pionero del blues, aconsejado por Tom, que sabía perfectamente que los sesentas traían consigo un revival del folk norteamericano.
La estrategia funcionó, y en ese mismo año, John estaba formando parte del Newport Folk Festival, cuyo entarimado, vio desfilar a lo largo de los años sesentas, a lo más selecto del folk y blues norteamericano (desde Pete Seeger hasta el sacrilegio eléctrico de Bob Dylan). La popularidad del músico estaba en la cima, apareciendo en programas de televisión y con una apretada agenda de shows, y la firma de un contrato con Vanguard, sello que se convertiría en un pilar para el movimiento psicodélico que estaba por desatarse con la llegada del Verano del Amor (Vanguard fue la casa de bandas psicodélicas como Country Joe And The Fish y The Serpent Power).
El primer lanzamiento (y prácticamente, su debut) de John con el respaldo de Vanguard, fue el álbum Today!, y desgraciadamente, la edad le cobró factura, así que en plena cúspide, John fallecería en 1966, aunque afortunadamente, había dejado varias canciones grabadas, así que para 1967, año en que la escena musical ondeaba en psicodelia, flores, amor y paz, LSD y los movimientos sociales anti bélicos, Vanguard edita el álbum postumo The Immortal Mississippi John Hurt, que se convirtió en el segundo de los tres álbumes que el sello tenía en sus manos.
El recibimiento a este álbum, que fue registrado cuando el bluesman tenía 73 años, fue excelente, y no era para menos, tomando en cuenta la calidad interpretativa, tanto en la parte musical, que muestra ese dote para tocar acordes sincopados; como la parte vocal, que también es de primer nivel. Y para complementar la belleza de los acordes de John, se sumó en dos tracks, la guitarra del productor del álbum, Patrick Sky. El tracklist estaba conformado por composiciones originales, a excepción de tres cortes tradicionales, siendo el primero la clásica ‘Since I’ve Laid My Burden Down’, que con la interpretación de John, se llena de un sentimiento musical único. Simplemente los dedos del músico eran magia.
‘Moaning The Blues’ es otra interpretación tradicional, y su rasgueo inmediatamente es reconocible en músicos posteriores como Jimmy Page. Aquí se une Patrick Sky en la segunda guitarra, logrando un complemento magnífico, una muestra de como debe ser la música con ese toque de sensibilidad que solo el espíritu humano le puede dar, sin ninguna maquina de por medio. Acordes sincopados con algunos remates de percusión ejecutados en la caja de la guitarra, se entrelazan en ‘Buck Dance’. La voz de John le otorga un sentimiento único a la genial música que sus dedos destilan.
‘Lazy Blues’ sigue esa balanza perfecta de blues y folk, en medio de rasgueos ejecutados de manera impecable, mientras que la voz se desempeña al mismo nivel. En ‘Richland Women Blues’, sigue siendo imposible no encontrar en músicos posteriores, toda la escuela guitarristica de John. Un estilo musical que sigue vigente hasta el día de hoy.
‘Tender Virgins’ es excelente desde el título, y la parte musical no decepciona. Excelsitud interpretativa que ni la edad pudo mermar. Algo que definitivamente distingue a Hurt de muchos de sus contemporáneos del blues, es la diferencia en su registro de voz, que está más del lado del folk. Pero John no solo era un gran guitarrista y vocalista, también lo era como compositor, y para prueba basta escuchar la angustiosa ‘Hop Joint’. ‘Monday Morning Blues’ retrata perfectamente esa necesidad de mandar todo al diablo. La parte musical, se entrelaza con ecos de bluegrass, digamos que esto podría ser folk bluegrass, sin necesidad de tener la instrumentación típica del género, y allí radica la magia de los dedos de John. Aquí también participa en la segunda guitarra, el productor Patrick.
Si hay algo infaltable en la música tradicional estadounidense, son las referencias al campo, a la religión, la oscuridad, y por supuesto, el whisky, siendo este último tópico, lo que mueve la letra de ‘I’ve Got The Blues And I Cant Be Satisfied’. En ‘Keep On Knocking’, John juega con algunos slides, con excelsos resultados. La voz avanza en paralelo a los arreglos, encontrando un punto perfecto. ‘Chicken’, que apenas sobrepasa el minuto, es una muestra del humor del bluesman.
En la excelente ‘Stagolee’, John realiza su interpretación personal de aquel célebre asesinato de Billy Lyons, a cargo de «Stag» Lee Shelton. Este crimen es parte del folklore norteamericano, tan es así, que forma parte imprescindible del cancionero tradicional, siendo la más conocida, la canción ‘Stagolee’, que fue popularizada en 1923 por Fred Waring’s Pennsylvanians, aunque la versión más exitosa fue la del músico country Lloyd Price. ‘Nearer My God To Thee’ cierra el álbum, en medio de sincopados y esa voz que si bien, no es una muestra de registros virtuosos, es totalmente perfecta para lo que se requiere transmitir.
Allí queda esta colección de canciones, como un fiel testimonio de la grandeza de uno de los guitarristas más influyentes que han existido, cuyo estilo fue escuela para muchos músicos de diferentes épocas, que se cuadraban ante él, entre ellos podemos mencionar a Bob Dylan, Taj Mahal, Jerry Garcia, Doc Watson, y otros más contemporáneos como Beck y Jack White.
The Immortal Mississippi John Hurt, es un trabajo imprescindible, no solo dentro del enorme catálogo que 1967 nos dejó, también se trata de uno de los álbumes más importantes de todos los tiempos en la historia de la música popular, y una muestra de la importancia que la comunidad negra tiene en la historia de la música, siendo ellos quienes básicamente germinaron la semilla de casi todo.