Un reencuentro redondo
En punto de las 9:30 P.M. y con una digna asistencia, aunque dividida entre el interior y ex exterior del lugar, se apagaron las luces para dar paso al acto que estaría abriendo el concierto de Beach Fossils. Se trató de Wars, una banda tapatía que personalmente desconocía y que cumplió, ya que logró mantener a la audiencia atenta durante los 30 minutos que duró su set. Pop rock que si bien llega a carecer de filo, está muy bien producido y bien ejecutado. Definitivamente un acierto, ya que lograron calentar motores para el plato fuerte de la noche.
La audiencia continuó incrementando en cantidad y sin llegar a ser un lleno, la asistencia fue bastante respetable en cantidad y, más importante que eso, sobresaliente en entrega. Alrededor de las 10:40 de la noche Beach Fossils tomó el escenario con Dustin Payseur al frente y fueron directo a lo suyo, un par de temas tomados de sus primeras placas sirvieron para dejar claro que se venía un concierto especial, tanto para la audiencia como para la banda. Después de saludar al público y mostrar su agradecimiento por la entrega, continuaron con “This Year” de su más reciente disco Somersault, tema que desato la locura entre los asistentes y que sonó mucho más poderosa de lo que se aprecia en el disco, de hecho, aunque esto se acentúa más para los temas de Somersault, aplica para toda su discografía. Excelente señal en cualquier banda a mi parecer.
Entre canciones, la banda se sentía cada vez más cómoda mientras transcurría el concierto y aprovecharon para recordar su pasada visita a nuestra ciudad hace ya 7 años en el extinto “bar” Monaghan y para dejar claro que el gobierno actual de su país no los representan. El concierto continuó con temas como “Saint Ivy”, “Calyer” y “Careless” coreados por la mayoría del público. Algo que llama a atención de una banda como Beach Fossils son los distintos matices sonoros que llegan a manejar sin llegar a ser un disparate; con una cohesión que habla de una banda con madurez y una actitud despreocupada y natural que los saca de la cansina pretensión que reina en muchas bandas contemporáneas a ellos, cosa que sin duda se agradece.
Tras 40 minutos de concierto, dejaron el escenario entre aplausos y gritos y estaba claro que habría un encore. Tras unos in
stantes regresó la banda, ahora con un Dustin descamisado, que aprovechó para firmar un vinilo a alguien en la primera fila y continuaron con el show, inició el conteo y “Sugar” se hizo presente. Para estas alturas el concierto ya era una verdadera celebración, la banda solicitó cuatro voluntarios de la audiencia para acompañarlos en el escenario para una sorpresa especial y seis personas respondieron al llamado, con todos ellos abrazando al cantante iniciaron una improvisada versión de “Wonderwall” misma que fue coreada por la mayoría de los presentes y finalmente, tras lo que parecía había sido el final del concierto (de hecho una parte del público ya había abandonado el lugar), se despidieron con “May 1st”.
A final de cuentas presenciamos un muy buen concierto, de esos que da gusto tener en la ciudad y que reúnen a un público en su mayoría empapado del trabajo de la banda y el resto, respetuoso y sediento de conocer nuevas propuestas. Mucho ha pasado desde que Beach Fossils estuvo aquí por primera vez y el tiempo sin duda les ha favorecido.
Imágenes cortesía de Chrithian Ferenc