Un músico injustamente olvidado
Para muchos, la industria musical durante los delirantes sesentas, fue perfecta; y si bien, era una industria que apostaba más al talento, también había injusticias en contra de muchos músicos, como es el caso de Bobby Jameson, quien nunca pudo tener un reconocimiento comercial, y seguramente no lo deseaba.
Aun así, fue vendido como la próxima gran estrella del siglo, esto por el representante Tony Alamo, quien lo empezó a promocionar en Billboard y medios grandes, sin avisarle y sin tener algún contrato con él; es más, sin haber grabado nada bajo su cuidado. Con todo ese extraño apoyo estelar, vendría una grabación de un sencillo para el sello Talamo, propiedad de Tony, titulado ‘I’m So Lonely’/’I Wanna Love You’ el cual fue un éxito que lo llevo a compartir escenario con actos como The Beach Boys.
Pero con la inconformidad de Jameson por el control ejercido por Tony, y el fracaso del segundo single, ‘Okey, Fanokey Baby’, la relación se rompió.
El nacimiento de Songs Of Protest And Anti-Protest
Tras la ruptura con Talamo Records, el cantautor se marcha a Inglaterra en donde graba una versión a ‘All I Want Is My Baby’ de Mick Jagger y Keith Richards, y es cuando recibe la invitación de grabar un álbum abortado debido a problemas de contratos con su autor, el músico Chris Ducey. Dicho trabajo estaba siendo gestado en Surrey Records, y las fundas ya estaban listas, así que Randy Wood y Betty Chiapetta, parte del sello, pidieron a Jameson componer las canciones respetando los títulos que ya estaban, para ya no modificar nada. De igual manera, mantuvieron Songs Of Protest And Anti-Protest como nombre del álbum.
Como resultado de ya no querer reimprimir las fundas, también le cambiaron el nombre artístico, sin acordarlo con él, pero lo peor es que le pusieron prácticamente el mismo nombre del músico anterior, y solo para evitar problemas legales, corrigieron el apellido Ducey, quitando la letra D y le pusieron la letra L, así quedó como Chris Lucey. Y para coronar las incoherencias, el hombre que aparecía en la portada, es el legendario fundador de The Rolling Stones, Brian Jones, algo inexplicable y absurdo.
Si las injusticias mencionadas no hubieran sido suficientes, Jameson no recibió nada de regalías por su trabajo en este álbum, ya que era un joven de 20 años sin abogado ni un representante, al momento de firmar el contrato.
«Vietnam» y otras incursiones musicales
Después de este trabajo y las desilusiones musicales, Jameson se involucraría más en la protesta en contra de la guerra en Vietnam y en ese proceso presentaría ‘Vietnam’ una de las más grandes declaraciones musicales anti bélicas de todos los tiempos. En 1967, aparecería en el documental ‘Mondo Hollywood’, además de editar algunos sencillos producidos por Frank Zappa, y en esa época también llegaría el ofrecimiento de unirse a la banda prefabricada más memorable de todos los tiempos: The Monkees. Pero el interés musical del cantautor ya estaba en otra dirección y decidió rechazar la oferta.
Y ese mismo año, se uniría al imperio del músico, productor y genio, Curt Boettcher, para editar el álbum ‘Color Him, In’, que en realidad surgió como un proyecto en colaboración, pero Curt Boettcher decidió que el álbum fuera acreditado únicamente a Jameson, mientras que en lo concerniente a la producción, el trabajo fue realizado por el propio Curt, acompañado de Steve Clark y Jim Bell, todo esto bajo el auspicio del sello Verve, que ese mismo año editaba el legendario debut homónimo de The Velvet Underground. La dirección musical del álbum se alejaba del folk de aquel Songs Of Protest And Anti-Protest, para enfrascarse en un sonido más orientado al sunshine pop y a la psicodelia.
Color Him In
‘Jamie’ es el track abridor, y un claro ejemplo de la nueva dirección musical de Jameson. Un corte de estructura más sunshine pop con destellos de psicodelia. ‘Know Yourself’ sigue dejando en evidencia la mano de Curt Boettcher en la producción: coros, sunshine pop. La voz de Jameson se aleja de la intención folkie presentada en su etapa como Chris Lucey.
‘Windows And Doors’ es un corte con aplausos incluidos, arreglos de teclado, coros, y un sonido un poco más galopante. ‘Right By My Side’ sigue presentando coros que refuerzan bastante bien el trabajo de Jameson y dan ese sentido sunshine pop. Los destellos psicodélicos caen en el lugar preciso.
‘Who’s Putting Who On’ es guiada por el sonido de la batería y principalmente por el cencerro. Los excelentes arreglos hacen de este track uno de los más destacados del álbum. La voz de Jameson en ‘The New Age’ presenta matices que nos vuelven a recordar a Arthur Love (o más bien, este tenía matices que recordaban a Jameson). En lo musical, este es otro punto alto del álbum, con ese sonido típico de los sesentas, algo muy evidente en la estructura rítmica, guitarras y arreglos psicodélicos.
El estilo anterior cae para dar paso a la tranquila ‘Jenny’, que incluye algunos adornos limpios de guitarra, batería basada en golpes de tarola, además de un saxofón. Llega ‘Do You Believe In Yesterday’ con un sonido más folk rock, muy similar a lo presentado por otros actos como The Mamas And The Papas o Scott Mckenzie. Grandioso momento.
De nueva cuenta, el sonido más tranquilo se apodera del álbum, con ‘I Love You More Than You Know’, corte que incluye presencia de coros y un discreto teclado. ‘See Dawn’ se instala en un pop con manufactura cercana a la psicodelia. Un ejercicio musical estupendo.
El sonido Boettcher es más que evidente en ‘Candy Colord Dragon’. Este track bien pudo ser de alguno de los proyectos del productor, como The Millenium o The Ballroom. El disco llega a su fin con la magnífica ‘Place Times And The People’, en donde Jameson sigue dejando evidencia de su talento vocal y también lírico, y que decir del trabajo de Curt, que demuestra una vez más su alcance. Gran manera de concluir.
Un triste final
Y tras editar este álbum, como si se tratara de una maldición que Jameson cargaba, surgieron problemas con el sello Verve, lo que repercutiría en la promoción del álbum, y esto sería el principio del fin, con el cantautor cada vez más desilusionado de la industria, y cada vez más alejado de la música debido a su problemática vida. Después de ‘Color Him In’, vendrían algunos intentos fallidos de regresar a la escena musical, en medio de una vida de adicciones, problemas con la ley, intentos de suicidio, y problemas económicos derivados de la falta de pagos de las regalías de su música, lo que lo llevo incluso a vivir en las calles por temporadas.
El músico moriría en el año 2015, en uno de los casos más tristes e injustos en la historia de la música. Afortunadamente, queda para la posteridad el Songs Of Protest And Anti-Protest, y por supuesto el Color Him In, el último de los dos únicos álbumes de estudio que el músico grabara, que como plus es otro pretexto para descubrir el legado del gran y menospreciado productor Curt Boettcher.