La importancia de llamarse The Monkees

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Música prefabricada

Al hablar de conceptos musicales prefabricados, inevitablemente nos vienen a la mente las figuras creadas por Max Martin (Britney Spears, Backstreetboys y N’Sync), o más atrás, bandas como New Kids on the Block, o estrellas femeninas como Tiffany. Pero quienes vivieron la década de los 60s, seguramente les vienen a la mente estrellas como la hermosa e inolvidable Lesley Gore, aquella cantante creada por el naciente genio del pop, Quincy Jones (quien más adelante pondría su nombre en álbumes clásicos como Thriller).

Lesley Gore y Quincy Jones

Lesley Gore bien puede ser considerada la primera estrella pop femenina de la historia, con una abismal diferencia musical de lo que actualmente conocemos como pop, claro está. Desde su aparición, Lesley invadiría las listas de popularidad con hits como ‘California Nights’, ‘Sunshine, Lollipops & Rainbows’, etc. Compartiendo los charts y las ondas radiofónicas con bandas como The Beatles, The Who, The Byrds, The Turtles, The Supremes, The Mamas and the Papas, The Temptations y por supuesto, The Monkees, la banda prefabricada más grande de todos los tiempos. Formados en 1966 a través de un casting en donde lo último que importaba era que los integrantes fueran músicos (tan es así que el mismísimo y posteriormente leyenda, Stephen Stills, fue rechazado), solo importaba que cumplieran el perfil para el programa televisivo que llevaría por nombre «The Monkees», y que se transmitiría por la NBC. 

The Monkees!

The Monkees eran cuatro miembros de los cuales, solo Michael Nesmith y Peter Tork, eran músicos (los otros dos, no sabían tocar ni una puerta, aunque después aprenderían), siendo Michael el miembro más talentoso, hecho que le permitiría meter sus creaciones al concepto de la banda. Pero a pesar de que Michael trataba de brillar por su talento y algunas de sus composiciones entraron en el álbum debut de la agrupación, The Monkees eran un producto, y Don Kirshner, productor del concepto, lo sabía, así que para ejecutar el álbum completo en el estudio y componer el resto de los tracks, reclutaría a Tommy Boice, Neil Sedaka, Bobby Hart, Neil Diamond y Carole King, que obviamente eran una garantía de calidad y éxito. No había forma de un fracaso si ellos estaban detrás de la parte musical. 

La música de The Monkees era perfecta, y se convertirían en un fenómeno musical que invadiría las listas de popularidad con hits como, ‘She’, ‘I’m Believer’, ‘Last Train to Clarkville’, ‘I’m Not Your Steepin’ Stone’, ‘Words’, ‘Daydream Believer’, ‘A Little Bit Me, A Little Bit You’, ‘Sweet Young Thing’, ‘Pleasent Valley Sunday’, ‘Look Out Here Comes Tomorrow’, ‘I Wanna Be Free’, ‘Theme Of The Monkees’, etc. 

La Monkeeymanía

La llamada monkeeymanía sería parte esencial del Summer of Love, llevado a cabo en el histórico 1967. Con el aumento de la popularidad de la banda, el talentoso Michael tomaba cada vez más el control de la banda, colocando sus canciones en el álbum Headquarters, así mismo, los demás miembros, que ya sabían tocar, empezaban a aportar sus composiciones.

Pero obviamente, al ser un producto televisivo, había fecha de caducidad, y cuando el programa llega a su fin, sucede lo inevitable y Michael Nesmith abandonaría la agrupación, para iniciar su carrera en solitario y a la par de eso, encaminarse hacia la música tradicional estadounidense con su banda First National Band y formar parte elemental de esa nueva era en donde el rock se desviaba de los terrenos psicodélicos para fundirse con el country, formando al lado de The Byrds y Joe Mcdonald, líder de Country Joe and the Fish, esa nueva camada que marcaba una nueva era en la música popular.

The Monkees no sólo fueron una banda prefabricada, sería injusto reducirlos a eso. Fueron un ejemplo único de marketing, y a la vez, de calidad musical, que vino a revolucionar la industria musical. Un concepto que sirvió como respuesta de parte de Estados Unidos a esa apuesta televisiva de la ola británica llamada «A Hard Day’s Night», de The Beatles, y una banda que nos vino a dejar a un músico como Michael Nesmith, un visionario que sería la primer muestra que de los conceptos prefabricados siempre puede surgir un genio musical. The Monkees son y seguiran siendo, la banda prefabricada más memorable de la que se tenga memoria, y que hasta nuestros días, sigue sonando en la memoria colectiva de los amantes de la buena música. 

*Este artículo se publicó por primera vez en Nopal Eléctrico Radio.