El multiinstrumentista, compositor y productor Ry Cooder es uno de los mejores músicos de todos los tiempos, y una leyenda viviente que básicamente puede tocar de manera magistral el género que se le de la gana. Ese transitar por el mundo en busca de los sonidos arraigados en el folklore, lo ha llevado a colaborar con auténticos totems como Neil Young, Captain Beefheart, Van Morrison, The Rolling Stones, The Chieftains, The Doobie Brothers, Gordon Lightfoot, John Lee Hooker, Linda Rondstadt, Ali Farka Touré, Pete Seeger, Van Dyke Parks, Mike Seeger, El Flaco Jiménez, etc.
En sus incursiones musicales se encuentra el country, folk, blues, bluegrass, tex mex, son cubano, música africana, rock, jazz, avant-garde, música mexicana, world music, entre otras. Estas aventuras sonoras se han plasmado en álbumes premiados, como su colaboración con el músico cubano Manuel Galbán en Mambo Sinuendo, y por supuesto, su trabajo en la creación, dirección y producción del regalo musical más grande que Cuba dio al mundo: Buena Vista Social Club y su historico álbum Buena Vista Social Club (1997).
Además ha compuesto música para bandas sonoras, siendo el soundtrack de la road movie de culto ‘Paris, Texas’, una de sus obras maestras. También cuenta con una amplia trayectoria solista, en donde podemos mencionar joyas como ‘Prodigal Son’, y la magnífica trilogía conceptual conformada por los álbumes ‘Chavez Ravine’, ‘My Name Is Buddy‘ y ‘I, Flathead’. Pero antes de todo lo mencionado, un muy joven Ry Cooder iniciaría su carrera en los años 60’s al lado de un también joven músico de blues, y multiinstrumentista, conocido como Taj Mahal, que había tocado en el Newport Festival, con su proyecto Taj Mahal And The Elektras.
La pasión por el blues que ambos tenían, los llevo a formar Rising Sons, un proyecto que les trajo un contrato con Columbia, grabando bajo el auspicio de ese sello su único álbum, esto en 1965, aunque por distintas circunstancias, sería editado hasta 1992. Este retraso de lanzamiento fue un gran cambio en la historia de la música, ya que de haber aparecido en su momento, estaríamos hablando del primer álbum de country blues eléctrico en la historia.
Tras este proyecto, Taj Mahal también iniciaría su carrera solista, convirtiéndose en uno de los bluesman más legendarios dentro de ese blues revival de la década de los sesentas, y no solo eso, su nombre figuraba mucho en los shows psicodélicos organizados por Bill Graham en el Fillmore. Así que era común verlo compartiendo escenario con bandas como Country Joe And The Fish, Grateful Dead, Jefferson Airplane, etc. A la postre también se convertiría en una de las leyendas del blues más importantes y vanguardistas de todos los tiempos, con esa fusión del delta con sonidos caribeños y reggae, que dejaban en claro sus orígenes, ya que su padre era un inmigrante caribeño, pianista de jazz.
Volviendo al origen de Rising Sons, este proyecto surge en parte a la enorme admiración que ambos músicos sentían por dos bluesman: Sonny Terry y Brownie McGhee. Esta influencia ha prevalecido en Ry y Taj a lo largo del tiempo, y a 57 años de aquel encuentro musical, es esa misma influencia la que los vuelve a unir en un reencuentro histórico, que da como resultado un tributo a sus dos héroes, que lleva por nombre TAJ MAHAL & RY COODER: The Songs Of Sonny Terry & Brownie McGhee, editado bajo el prestigioso sello dedicado a la música de vanguardia, Nonesuch, que se vuelve a anotar otro golazo en su impresionante catálogo.
La producción, como es costumbre, corrió a cargo de Ry Cooder, mientras que en la parte musical, aparte de Cooder (voz, guitarra, mandolina, banjo) y Taj (voz, armónica, guitarra, piano), se les unió el hijo de Ry, Joachim Cooder (batería, bajo).
‘My Baby Done Changed The Lock On The Door’ abre las labores, en un contundente blues aderezado con una guitarra eléctrica que se desliza de manera brillante. Llega una versión a ‘The Midnight Special’, este clásico que ha sido versionado en distintas ocasiones por diversos artistas, entre ellos Creedence Clearwater Revival y Van Morrison. Obviamente la versión ofrecida por Taj y Ry, dista mucho del tratamiento dado por los dos actos mencionados. Aquí el sonido se engalana con la armónica de Taj, y los tambores de Joachim.
Joachim Cooder interpreta una excelente línea de bajo en ‘Hooray, Hooray’, además de encargarse de unos magníficos patrones de percusiones. La armónica se debate con el sonido del banjo y la mandolina, dando como resultado una joya. ‘Deep Sea Diver’ presenta un ritmo pausado marcado por el bombo, mientras que el piano ejecutado por Taj, emite excelentes arreglos blues. ¿Quién dijo que no se puede hacer blues con un piano y un bombo?
El country blues hace acto de presencia en ‘Pick A Bale Of Cotton’. Las voces de los dos músicos se complementan excelentemente, al igual que la base rítmica, la armónica y los licks de guitarra. Gran momento. ‘Drinkin’ Wine Spo-Dee-O-Dee’ presenta un arreglo de percusiones perfectamente complementado con el sonido de las cuatro cuerdas. La guitarra slide y la armónica también hacen de las suyas, creando en conjunto una magnífica versión.
La armónica ejecutada por Taj, destaca en ‘What A Beautiful City’. Las guitarras hacen un juego perfecto, demostrando lo bien que se conocen estos dos monstruos de las seis cuerdas. Joachim sigue demostrando que es digno de portar el apellido Cooder. Otra joyita. Para todo amante del blues ejecutado con slide guitar, esto es un auténtico deleite. ‘Pawn Shop Blues’ es una muestra de la capacidad de Ry en la slide, que lo ha llevado a ser considerado uno de los mejores ejecutantes que existen desde hace muchos años. No se si ustedes opinen lo mismo, pero al menos para quien esto escribe, este es el mejor track de todo el álbum. El auténtico sonido del blues, traído hasta nuestros tiempos, de la mano de dos genios, así de simple.
Después de la anterior joya, el bajo y la batería se incorporan en ‘Cornbread, Peas, Black Molasses’. La armónica y las guitarras dan los respectivos matices en este blues rock. ‘Packing Up Getting Ready To Go’ sigue la línea blues rock. Excelente track, en donde cada elemento brilla por si solo. Otro de los grandes momentos de este discazo.
‘I Shall Not Be Moved’ termina este viaje a los viejos años del blues. Excelente fusion de country blues en donde Taj demuestra sus dotes en la armónica. Joachim también hace de las suyas en la base rítmica, mientras Ry no desmerece. Gran y épico final.
Y una vez más queda demostrado que la magia de la música no conoce las barreras del tiempo, y gracias a eso, nos proporciona un reencuentro soñado que se veía lejano, pero que hoy es una realidad palpable en esta placa llena de auténtico blues, que muestra a dos genios en perfecta comunión; esa conexión musical que ni casi sesenta años han podido romper. Y si, sobra decir que estamos ante una obra maestra que ya tiene un lugar asegurado entre los mejores álbumes del 2022.
De colección.