La absurda versión oficial de que el rock latino se desarrolló únicamente en México, Argentina y España, debe ser derribada, ya que también, en diferentes países de habla hispana se desarrollaron propuestas que eran incluso superiores. Este fenómeno inició desde los sesentas y setentas, con bandas que hoy son de auténtico culto en el mundo, y cuya información acerca de ellas, es más predominante en sitios extranjeros y en idioma inglés.
En esta ocasión, nos toca irnos hasta Perú, país en donde en realidad nació el punk, y también en donde en 1965, nace, New Juggler Sound, agrupación fundada por los hermanos Saúl y Manuel Cornejo, misma que cambiaría el nombre a Laghonia, tras la llegada del organista Carlos Salom. De esta manera, la formación completa de la banda quedaba conformada por Saul Cornejo (guitarra, voz) y Manuel Cornejo (batería), a quienes se les unieron, David Levane (guitarra, voz), Carlos Salom (órgano Hammond), Eddy Zaraus (bajo) y Alex Abad (percusiones).
Y es esta alineación la que en 1968, edita el álbum debut de la banda, titulado Glue, mismo que fue pionero en el rock latino, en presentar el uso del órgano Hammond. Las bondades sonoras de este instrumento, se sumaban a las influencias de la banda, que iban de actos como The Jimi Hendrix Experience, Cream y Santana, pasando por el beat. Se dice que el álbum fue grabado en carretera, en estudios portátiles, aunque no sabemos que tan cierta y factible pueda ser esta historia, ya que grabar en carretera, considerando el tamaño de un órgano Hammond, suena poco creíble, pero en fin, mitos aparte, vayamos a lo principal: la música.
En el primer track, ‘Neighbor, el órgano Hammond hace gala de dominio. Los acordes distorsionados también aparecen, mientras que la base rítmica es reforzada con percusiones. La línea de bajo presentada en ‘The Sand Man’, es excelente, aunque también el trabajo en la guitarra es digno de destacar. Los arreglos psicodélicos del órgano son la cereza en el pastel.
‘Billy Morsa’ es excelente en sus estribillos, mientras que presenta ese sonido psicodélico lleno de acordes acerados. Las percusiones funcionan perfecto, dando ese toque latino. Aquí el órgano pasa inadvertido. La excelente ‘Trouble Child’ abre con unos arreglos de guitarra eléctrica, para dar paso a una base rítmica concisa y precisa, que no da concesiones de calma. Las riffs y solos presentados en este track, son excelentes.
‘My Love’ es otra joya, y su sonido contrasta con el del track anterior, para embarcarse en una balada psicodélica, en donde la parte vocal es excelentemente ejecutada. El órgano va formando una exquisita cama de sonidos ácidos, mientras que la batería es ejecutada de forma muy tenue. En ‘And I Saw Her Walking’, las voces se unen para complementar y también para hacer armonías, muy al estilo de las bandas norteamericanas de la época. Destaca también la dirección tomada por la base rítmica y el excelente complemento de la guitarra, que ejecuta solos bastante acertados.
‘Glue’ es un corte estructurado en el sonido de las guitarras. Una fusión de acordes acerados y otros más distorsionados. El órgano hace apariciones esporádicas, pero da justo en el punto exacto. Tras el gran momento anterior, llega el maravilloso track final: ‘Bahia’, con ciertas reminiscencias latinas, sobre todo en las percusiones que acompañan a la batería. Con todo y ese sonido medio latino, también se percibe cierto sonido de tendencias beat. Y obviamente, sería imperdonable el no hacer énfasis en el maravilloso trabajo en las seis cuerdas, que se convierte en lo más destacado de la canción.
Así llega a su fin una auténtica joya del rock latino, que ha sido objeto de diferentes reediciónes en diferentes países, entre las que destacan las realizadas por el sello World In Sound (Alemania), y Lazarus Audio Products (Estados Unidos), etc. También se han editado diferentes reediciónes en países de habla hispana, lo que es un reflejo de la valía de esta piedra angular para entender el desarrollo del rock en Sudamérica.