Decca, Deram y una obra magistral
El pesado lastre que carga el sello inglés Decca, es ser la casa discografica que pasó a la historia por haber rechazado a The Beatles, a cambio de The Tremeloes. Una decisión que vista a distancia, fue en realidad lo mejor que le pudo pasar a la historia de la música, ya que seguramente, en este sello, el cuarteto de Liverpool jamás se hubiera asociado con un genio como George Martin, y por ende, nunca hubieran cambiado las bases de la música popular.
Pero más allá de esa decisión, si algo hay que reconocer a Decca, es que con su filial, Deram, nos entregaron obras épicas (también Decca lo hizo, hay que ser justos), destacando los majestuosos álbumes Days And Future Passed, de The Moody Blues, del cual se desprendería el exitoso clásico Nights In White Satin. También esa joya proto progresiva de los ingleses Procol Harum, titulada Procol Harum, de donde se desprendería el himno ‘A Whiter Shade Of Pale’. Ambos discos editados en el psicodélico 1967.
Con esa tendencia ya marcada a fichar actos con un sonido mas emparentado con las nacientes estructuras progresivas, Deram se había consolidado como un sello de vital importancia. Pero no todo fueron lanzamientos con gran éxito comercial como los mencionados anteriormente, también hubo un álbum firmado por un artista austriaco llamado Zakarrias, quien en 1971, editaría su debut y despedida; Zakarrias, un LP que se convertiría en un objeto de culto, tan desconocido por la mayoría, pero demasiado cotizado por coleccionistas, llegando a venderse hasta en la cantidad de 3.500 dolares.
Alrededor de este único y raro disco, se han creado muchos rumores, algo muy común en torno a proyectos como este. Aunque sigue siendo un misterio quien era realmente el hombre que se escondía detrás de Zakarrias, ya que supuestamente era el austriaco Bobby Hawner, quien tocaba la guitarra, bajo, y el kazoo, además de encargarse del terreno lírico y vocal, pero curiosamente, no existe registro alguno de él tocando en vivo, o mínimo alguna entrevista.
Aunque tal vez, ese anonimato en el que este músico se vio sumergido, se deba a las decisiones de Decca, que era un sello demasiado centralista, incluso en los actos británicos (una de las razones por la que rechazaron a The Beatles, fue que no eran de Londres, sino de Liverpool), así que seguramente, está actitud era todavía más marcada hacía artistas extranjeros que caían en sus filas.
Retomando la poca información que existe, que básicamente es la ofrecida en las liner notes de una reedición, la carrera de Zakarrias dio inicio en 1968, cuando pertenecía a un power trío llamado Expiration, que tenía influencias de The Jimi Hendrix Experience y Cream.
Respecto a Zakarrias, fue producido por Roger Watson, y además contó con la participación de los músicos de sesión, Pete Robinson (teclado), Don Gould (teclados, arreglos de cuerdas), Geoff Leigh (saxofón, flauta), y Martin Harrison (batería), quienes complementaron de manera excelente la dirección musical del disco.
Lado A
Acordes galopantes de guitarra dan la bienvenida a ‘Country Out Of Reach’, primer track del disco. Al entrar la voz, es imposible no pensar en Robert Plant, y no es que la voz de Zakarrias sea un clon de la del frontman de Led Zeppelin, pero si conserva mucho esa esencia.
De hecho también la parte musical presenta un sonido emparentado con el Zep, aunque aquí si hay una fuerte presencia del teclado, que le da una vibra más heavy psych, además de ciertas reminiscencias progresivas. ‘Who Gave You Love’ sigue esa línea de rock duro, con el plus del piano.
La línea de bajo y patrón de la batería, se ven complementados por acordes de guitarra que se intercalan entre distorsiones y pasajes acústicos. Estas partes acústicas, aunadas a la voz, recuerdan mucho al Zeppelin de la era del ‘III’.
Más guitarras acústicas en ‘Never Reachin», además de sonidos de flauta. La guitarra eléctrica interviene con acordes más limpios, con cierto efecto ácido, recordando esas instrospecciones lisérgicas del escocés Donovan. La incorporación posterior de la batería, cambia la dirección musical, virando hacía un heavy con tendencias progresivas, bañado en ácido. ‘The Unknown Years’ abre con guitarras acústicas muy a la Jimmy Page. La batería y el teclado se incorporan, creando una amalgama de sonidos que a pesar de sonar a rock, destilan esencia jazz.
El trabajo en los parches es digno de destacar, ya que sin atascar el track, se mueve en creativos y diversos patrones que caen en los puntos perfectos. Grandioso rock jazz progresivo de impecable ejecución.
Lado B
Después de esos épicos seis minutos que cierran el Lado A, llega el Lado B, que abre con ‘Sunny Side’. Nuevamente hay destellos ácidos en el órgano Hammond, y no pueden faltar los constantes cambios de estructura, que van desde pasajes acústicos hasta heavy psych. ‘Spring Of Fate’ abre con el piano y pronto se incorporan los magníficos arreglos de cuerdas, y por supuesto esos ecos Robert Plant, en la voz de Zakarrias. Otra muestra musical que deja en claro que este álbum no tiene desperdicio.
Las guitarras acústicas son el alma en ‘Let Us Change’. Nuevamente ese sonido Zeppelin del álbum ‘III’ sigue presente, solo que aquí hay más intención progresiva. Otra joyita. El saxofón aparece en ‘Don’t Cry’, un corte que definitivamente dista mucho del acústico trancazo anterior, pero que a nivel de calidad, están parejos. Otro momento épico, aunque en realidad todo este disco lo es.
Y para cerrar esta obra magistral, llega ‘Cosmic Bride’, que al igual que el final del Lado A, también sobrepasa los seis minutos de duración. Este grandioso final, presenta unos arreglos de cuerdas que dan entrada a las guitarras acústicas. La batería, bajo y voz también se unen al viaje, y no puede faltar el grandioso sonido del Hammond. Una merecida conclusion, al nivel de este desconocido LP.
Al finalizar este álbum, queda la sensación de haber descubierto un tesoro oculto, gracias a su impecable propuesta y perfección. Desgraciadamente, Zakarrias sigue siendo una producción totalmente ajena para los oídos del común de los fans del rock, que se niegan a buscar más allá de las mismas bandas clásicas de siempre, sin saber que hay mejores propuestas que después de tantos años de haber sido creadas, siguen esperando ser tomadas en cuenta para ser valoradas, compartidas y recibir su merecido reconocimiento.
Y si, más allá de que si Zakarrias de verdad existió, y demás mitos absurdos alrededor de este genial artista, solo queda decir que se trata de una obra magistral, y de la reliquia más rara del sello Decca y su filial Deram. Un LP imperdible que cualquier melómano debería conocer.