Molchat Doma en Guadalajara.

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*Fotos por cortesía de Adriana Armenta.

Introducción.

Este sábado 26 de marzo se presentó por segunda ocasión una de las bandas más representativas y aluzinantes del postpunk. Banda rusa con sonidos bajos fuertes y palpitantes que ha sabido abrirse paso entre multitudes de públicos de diferentes edades.

Una banda que se hizo viral con una de sus canciones del segundo disco Pisos (Этажи en ruso) por el famoso video de una Wednesday Addams de 1960 haciendo su típico baile agogótico con «Barco» (Судно en ruso) de fondo. Saltó al estrellato con esta canción por su profundo sonido seco, oscuro pero bailable al mismo tiempo. Una genialidad que sin duda impactó en las juventudes, aunque debemos reconocer que todo ese disco, el primero y el tercero son bastante buenos también.

Público.

Y esto se vio reflejado en los padres de familia que acompañaban a multitudes de jóvenes sonrientes y delirantes desde los primeras notas de Comerciantes, canción con la que abrieron y también de su segundo disco.

Siendo que por supuesto el grueso de la población del concierto eran personas en sus 20s-30s, la generación que sin duda ha transitado por la mayoría de los géneros de moda contemporáneos. Aún así también existían personas de hasta la tercera edad super deleitados con estos sonidos inquietantemente rítmicos. Con cuidado desde las afueras de las multitudes para que ningún chamaco enardecido les cayera encima entre tanta algarabía de esta banda.

Locación.

Y es que el recinto de este evento lucía bastante espacioso y acogedor. El sitio fue el antaño Teatro Estudio Cavaret, ahora renombrado como Guanamor, en Parras Arias y Periférico. En esta locación han tocado infinidades de bandas super legendarias, y de un tiempo para acá ese foro había quedado relegado por el nacimiento de otros nuevos en el centro de la ciudad.

Sin embargo la misma organización que había traído a los Molchat en el 2022 más o menos por las mismas fechas, al tener un lleno total en aquella ocasión, decidió presentarlos en estas clásicas instalaciones. Y tuvieron razón, un sonido perfecto aún para los que estábamos frente del escenario como para quienes habitaban las gradas de la segunda sección del lugar. 

Iluminación perfecta que cambiaba con el ritmo e intensidad de cada canción. Un rebote de las luces sin ser segador incluso para el más tomado de los asistentes. Y un sonido envolvente que hasta el barman de la barra disfrutaba de tremendo show. La venta de cerveza y enseres no faltaron el lugar por supuesto. Una estructura super cute y llena de merchandise de los artistas estaba presente en la entrada del lugar, que cuando abrieron las puertas se llenó de gente ávida por coleccionar su souvenir.

La seguridad y organización estuvo a cargo de los tan conocidos condors y afuera por la policía municipal de Zapopan, así como supervisada por agentes del gobierno municipal. Toda una logística de primer nivel para un evento que se merecía todas estas atenciones.

Su setlist.

De la calidad de la interpretación no podemos quejarnos para nada. A pesar de mi impresión primaria de que esta banda estaba formulada desde el punto de vista del postpunk ochentero con un bajo super pesado y reminiscencias de sonidos industriales de brutalismo sonoro, la verdad es que Molchat Doma tiene una diversificación de sonidos bastante amplia.

De sus 17 canciones que tocaron en total, 5 fueron de su último disco el cuál dio un giro sorprendente a un sonido más bien dark wave acercándose al estilo de Cold Cave o clásicos contemporáneos similares. Los vasos comunicantes entre estos géneros como el post punk y el tecno dark a través del uso de los sintetizadores de manera magistral se puede evidenciar en Molchat cuando tocaron canciones como «Discoteka» o «Obrechen», dos títulos que dejaron brincar a los asistentes de ese espíritu bailador oscuro que caracteriza tan bien a esta banda.

Y es que su definición es la danza oscura. Sus canciones son rápidas y trepidantes. Con mucho bajo y estridencia, pero con un excelente cambio de narrativas que hace bailar hasta el más serio de los fans postpounkeros.

Los sucesos del concierto.

Esto quedó evidenciado en las múltiples ocasiones en qué los saltos coordinados entre todos en sintonía se hicieron presentes a lo largo de todos sus temas como «Toska». Y no se diga el tiradero de cerveza por todos lados cuando comienzan a sonar temas como «Doma Molchat».

La melancolía y la oscuridad no están peleados para nada con la danza espontánea y las cabezas mojadas de cerveza de tanta euforia. Canciones místicas cómo «Tishina» tampoco se hicieron esperar, haciendo que el público meciera sus cabezas con tranquila complacencia.

Pero de nuevo canciones con «Tansevat» y el tronar de gritos viajando por las gotas de lluvia de cerveza del público nos ponía a agitar huesos, músculos y tendones. Vivos de oscuridad. Despierten!

Últimas dos canciones.

Después que salieron del escenario, por un momento pensé que ya no volverían pues el público tan joven, pudoroso e inexperto, no se atrevía a pedirles otra canción a su evidente banda favorita. Pero no nos hicimos esperar la viejiza para gritar: otra, otra, otraaaa… Hasta que de pronto del fondo de la segunda sección se replicó el pedido otra, otra, otraaa… Llegan de sus escondites entonces tocando «Kletka», uno de sus más emblemáticos temas reventaron las sonrisas de los incrédulos jóvenes.

Y el turno para cerrar fue por supuesto su gran hit trending: «Sudno». Hazaña total, medio mundo medio muerto de cansancio, pero bailando hasta el final con esta eléctrica oscura felicidad.

Nombre y significado.

Felicidad que pocas bandas saben escarbar y formar de sonidos que se asemejan al silencio del lamento, del sollozo. Silencio en la casa, que es de hecho el significado de Molchat Doma: y hogar silencioso.

Inolvidable sin duda. Aunque sospecho que no es el último capítulo en Guadalajara. Los veremos pronto molchats!