En el histórico 1967, la música vivía un momento donde todo tomaría forma. El año de la psicodelia, en donde diferentes bandas surgían de muchas partes, concentrándose en la escena de San Francisco, meca del movimiento hippie. Desde bandas enteramente psicodélicas, como Jefferson Airplane, Country Joe and the Fish, The 13th Elevators, Gandalf, Pink Floyd, Chocolate Watch Band, The Pretty Things, Moby Grape, Fever Tree, Quicksilver Messenger, Aphrodite Child, The United States of America, Tomorrow, The West Coast Pop Art Experimental Band, The Incredible String Band, hasta The Beatles, The Seeds, The Byrds, The Hollies, The Animals, y The Rolling Stones, que entraban al mundo de los sonidos ácidos.
En medio de estos bandos, surgían dos actos que tenían en común el minimalismo musical y la peculiaridad de su propuesta: The Velvet Underground, y The Serpent Power (no confundir con cierta banda inglesa post psicodélica del mismo nombre). La banda que nos ocupa hoy, es la segunda, formada por el poeta, David Meltzer y su esposa, Tina, acompañados del bajista David Stenson, Denny Ellis en la guitarra, John Payne en el órgano y el también poeta, Clark Coolidge, en la batería, quienes conformaban un proyecto donde la psicodelia se fundía con el folk y hasta tonadas country.
Si toman una pizca de The Byrds en su onda country rock, los mezclan con pizcas de The Mamas and the Papas, Country Joe and the Fish, Jefferson Airplane, The Incredible String Band, y The Velvet Underground, obtendrán el sonido de The Serpent Power. Este legendario debut, da comienzo con la psicodélica ‘Don’t You Listen to Her’, que presenta algunos rasgos blues con tintes ácidos. Tras este arranque, llega ‘Gently, Gently’, donde se comienza a asomar el folk psicodélico de la banda.
Las pinceladas country en ‘Open House’, remiten al sonido que bandas como The Byrds comenzaban también a mostrar, y tras esto, ‘Flying Away’, retoma el folk rock, donde se asoman también sonidos que hacen parecer este corte como si los Beach Boys en su etapa inicial hubieran palomeado con la banda. Al concluir ese momento medio surf folk, el blues vuelve a hacer presencia en ‘Nobody Blues’, para dar paso al estupendo momento en ‘Up and Down’, que tiene cierta influencia de la ola británica.
El lado B, inicia con elementos country blues, que vuelven a hacer acto de presencia en ‘Sky Baby’, en un contraste con ‘Forget’, corte donde Tina toma el control, lo que remite en ese aspecto, al momento de dominio musical que Grace Slick muestra en ‘Rejoyce’, del álbum After Bathing At Baxter’s, de Jefferson Airplane. Sin lugar a dudas, un excelente track. Es el turno de ‘Dope Again’, con un sonido ácido muy en la vena de Country Joe and the Fish. Los 46 segundos de duración, de este corte, contrastan con los casi 14 minutos que conforman el brillante cierre, ‘Endless Tunel’, donde la psicodelia folk se hace presente de manera magistral y que cuenta con momentos muy pachecos, que son reforzados por ese banjo eléctrico que brilla por si solo. Sin lugar a dudas, este es el momento más épico y grandioso de la obra. Joya absoluta.
The Serpent Power es una pieza clave para entender la grandeza del alucinante movimiento musical originado en 1967, y un hallazgo esperando a ser descubierto por oídos sedientos de psicodelia folk ácida, con letras poéticas que lo mismo hacen referencia al amor y al sufrimiento, que a las drogas.