No cabe duda que el revival de la música psicodélica en México goza de cabal salud. De unos años a la fecha, varias propuestas han ido surgiendo y sumando a esta escena desde distintos puntos de la república.
Dorotheo fue en su momento, una de las bandas que apostaba por ese sonido cuando varias de las que están adquiriendo fama actualmente, estaban en pañales. Luego, poco se supo de la banda, fuera de algunos conciertos de manera intermitente, hasta que el año pasado empezaron a soltar algunos sencillos con un sonido con mayor personalidad y fuerza de lo que habían mostrado en el lejano 2013, cuando surgió su primer álbum, el cual brillaba por si mismo.
Muchas cosas cambiaron de esa época a la fecha, desde el hecho de que Dorotheo quedó como un dueto, situación que como el mismo Benjamín Zarate ha comentado, los llevó a intentar sonar más interesantes con una menor instrumentación (ya no había bajo, por ejemplo, y contaban con una guitarra menos) y la psicodelia se asentó dentro del escenario del rock en México.
Es bajo ese contexto, que Dorotheo regresa a tomar su lugar, de la mano de una propuesta que no es exageración decir que es de las más originales dentro de la escena psicodélica y con un EP verdaderamente sólido: Como Es, el cual fue producido por Hugo Quezada, uno de los productores más importantes de la actualidad en México y con quien el dueto se alió para pulir un trabajo que es oro molido.
Con los sintetizadores como eje central, con la ayuda de músicos invitados como el mismo Hugo Quezada, Mabe Fratti, Apache O’Raspi y Amón Melgarejo, y con distintas influencias que van desde el Krautrock hasta Caifanes -en su esplendor y con un baño de psicodelia- la banda nos obsequian seis temas con distinta personalidad cada uno, que van desde la densidad de reverberaciones de “Alba Rosa”, el prístino sonido de “Caetanave” y su bella poesía, el viaje espacial que representa “Lunático”, el otro viaje -ahora por tierra- en “Aithar” y sus sonidos de Medio Oriente, la reflexiva e inflexiva “Sutil” y ese temazo lleno de beats y galopeos sin cesar en culminación épica que es “Caballerango”.
En pocas palabras, Dorotheo nos ha obsequiado un disco maduro y conciso, una joya que es desde ya uno de los discos del año en México -posiblemente sea el EP del año-, que hará que los reflectores volteen a escuchar su original propuesta.