A Alejandro Gonzáles Castillo lo conocí en el Salón del Bosque cuando recién llegaba a Guanatos para darse cita en la edición híbrida de FIMPRO 2021. Invitada por Enrique Blanc y con la compañía también de Gerardo Enciso, esa noche compartimos anécdotas, unos cuantos secretos y pusimos en duda algunas opiniones. Mientras más pasaba el tiempo fui conociendo más a fondo a los personajes que nos dimos cita esa noche con un cuestionario que mi curiosidad iba dictando. Fue así como supe que Alex es el actual editor de la revista Marvin y que llegó a la ciudad para el encuentro de periodistas que tiene lugar en la feria.
Recibí el Manual de Carroña el día de clausura de la FIMPRO, tras llevar a Alejandro y a otros amigos a un hotel situado a espaldas del Centro Magno. Alex me dijo que esperara en el auto, que me regalaría uno de sus escritos, así que entró al hotel y tras breves minutos volvió con un libro que en la portada lleva una bestia de gesto feroz, las páginas redondeadas que sangrientas teñían en su borde un color rojo brillante. Tras romper levemente la envoltura plástica con sus dientes me preguntó si tenía un bolígrafo, lo negué, así que el libro se quedó sin dedicatoria. Le agradecí a Alex y me despedí, arranqué mi carro y tomé rumbo a mi hogar.
Llegando a casa de inmediato comencé a hojear el manual que ya me atraía lo suficiente por su particular edición. Al abrirlo encontré un encanto extraordinario, ilustraciones desenfadadas por ERRE al pulso de lo que parece ser un sharpie y hasta chascarrillos en la redacción de los datos de edición.
Editado por El Salario del Miedo en Febrero 2020 y bajo el apoyo de la Universidad Autónoma de Nuevo León, el Manual de Carroña despliega una serie de crónicas despiadadas, que pueden ir desde un encerrón en la cárcel, el traslado fétido en autobús por Europa, huesos rotos en medio de un slam, hasta un denso viaje de galleta o un agudo dolor de intestinos por comer tacos; Los gajes del oficio del periodista mexicano actual, acumulados al pasar de los años y algunas de las situaciones que conllevan los alrededores de un melómano sometido en su pasión por la música.
Este es un libro que permite en momentos entrar en la mente del autor y va dibujando en detalles una estética de situaciones caóticas, líos, cochambre, podredumbre y claro, carroña. No te desanimes, que no tendrás un mal viaje leyendo esta joya del periodismo mexicano, por que te aseguro que te va a arrancar unas cuantas carcajadas y puede que hasta dispare tu ritmo cardiaco en algunos momentos.
El manual de carroña vino a mostrarnos las buenas costumbres del periodismo. El arrojo que tenemos algunos como carroñeros a las entrañas de la música. La voracidad de los viajes, y las situaciones cotidianas. Todo para aprender a tener los feroces modales que el Rock and Roll exige a sus amantes.