Iggy Pop and the Stooges – Raw Power

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Lo de Raw Power es, al margen de la música, una de esas historias que me fascinan por todo lo que lo rodea, una historia algo atropellada y polémica, y que sin embargo, dio a una de las piedras de toque de uno de mis géneros favoritos.

A inicios de los setentas, The Stooges eran un desastre. Sus álbumes anteriores no habían tenido un buen recibimiento, y poca gente se animaba a contratarlos, dada la mala fama que habían ido obteniendo durante las presentaciones, estaban prácticamente en paro, y por si fuera poco, la mayoría envueltos en una espiral de drogas.

Nada auguraba algo bueno, hasta que la agencia de management MainMan, (la misma de David Bowie, un personaje importante en esta historia) impulsa a Iggy para un contrato en Columbia para un disco solista, pero inteligente él, jaló a sus hermanos de la destrucción, y reformó a la banda, pero ahora bajo el nombre de Iggy and The Stooges. Esto parecía recomponer el camino, pero no, estábamos hablando de una de las bandas más autodestructivas de la tierra, y eso no podía acabar bien. 

Durante el proceso hubo varios aspectos que enrarecieron la producción del disco: James Williamson comandó la guitarra líder, a costa de Ron Asheton, quien no tuvo otra que ejecutar el bajo, mientras su hermano Scott machacaría como siempre la batería.

aurélien., CC BY-SA 2.0, via Wikimedia Commons

La primer mezcla del álbum corrió a cargo del propio Iggy, lo cual dio un resultado poco satisfactorio para el sello, que exigió una remezcla, lo cual correría a cargo del mismísimo David Bowie, pero dado el bajísimo presupuesto, el músico tuvo que mezclar siete de las ocho canciones del álbum en un estudio barato y en pésimas condiciones, y solo “Search and Destroy” se mantenía tal como la concibió Iggy. Se exigieron también dos baladas por orden de Columbia, dando como resultado “Gimme Danger” y “I Need Somebody” (que conociendo su naturaleza, de baladas, poco). 

Pero no todo acababa ahí, la mezcla final de Bowie es sin duda, es una de las más polémicas de la historia por sus desiciones: la base rítmica prácticamente quedó muy por debajo de la guitarra principal, y sobre todo, de la voz de Iggy; así, el disco se dio a conocer. Raw Power fue un fracaso total, y aunque se embarcaron en una gira, esta se apagó pronto, fueron despedidos de Columbia y finalmente, The Stooges se separarían.

Musicalmente, el disco es pura crudeza, fuego y destrucción. Desde el primer segundo “Search and Destroy” detona como una especie de autoinmolación, lo que lo vuelve uno de los intros más salvajes y escandalosos de la historia. El contraste lo da la balada “Gimme Danger”, que con ciertos aires en la voz a Mick Jagger y una guitarra acustíca, se va ensuciando desde su propia naturaleza oscura y cruda.

«Your pretty Face is going to hell» nos trae al Iggy más gritón y sardónico, sin duda un anuncio de lo que se vendría después con algunos cantantes de punk. La nada sutil “Penetration” es un tema donde prácticamente Iggy se arrastra vocalmente a través de una colección de alaridos que lo vuelve un tema desquiciante e intimidante.

La cara B del álbum inicia con el tema homónimo, que si bien no tiene la crudeza de los anteriores temas, si representa esa parte mas divertida que también el punk años después retrataría. La denzura vuelve nuevamente, pero ahora a manera de un tema con una fuerte herencia bluesera: «I Need Somebody», unas raíces que la misma banda dinamita de forma aguda y abrumadora.

Después hace su aparición “Shake Appeal”, el tema que el propio Iggy Pop lo describió como el tema en el que cumplió su sueño de llegar a ser Little Richard por un minuto. Otro tema que parece adelantarse al punk, en este caso, al más ramoniano, ese que era a la vez un homenaje al rock and rollo primigenio. El álbum cierra con «Death Trip», retomando su lado más crudo y salvaje, sobre todo con la guitarra de Williamson en primer plano, haciendo malabares durante toda la canción.

Aún y su nula repercusión en su momento, el disco siguió vivo a su manera, ganando adeptos por todos lados, siendo objeto de bootlegs y versiones remasterizadas de distinto tipo, hasta llegar a la versión del mismo Iggy en 1997, la cual introdujo la discusión de cual era la mejor versión. Polémicas aparte, Raw Power es con toda justicia, el disco proto-punk por excelencia.