La historia de Gene Clark y su obra maestra, «No Other»

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Gene Clark y la génesis de The Byrds

Más allá del liderazgo que Roger McGuinn tenía en The Byrds, es innegable que Gene Clark fue en su momento el cerebro de la banda, y sus composiciones se convirtieron en himnos emblemáticos, como la joya psicodélica ‘Eight Miles High’, también ‘I’ll Feel A Whole Lot Better’, ‘She Don’t Care About Time’, etc. El aporte creativo de Clark, se vio reflejado en ese sonido tan particular de la banda, una suerte de country eléctrico, que evidenciaba el amor que este genio tenía por la música tradicional norteamericana, como el country, el folk y bluegrass, un interés arraigado desde que comenzó a tocar la guitarra y la armónica, interpretando canciones de Hank Williams.

Tras algunos proyectos folk country, y editar algunas grabaciones, Gene se vio tentado, como muchos otros, por la música de una banda que se expandía como plaga por el mundo: The Beatles. Eso le cambió el panorama y decide emigrar a los Angeles, en donde conoce a otro fan de la banda, que en ese momento respondía al nombre de Jim McGuinn. Juntos inician un nuevo proyecto que terminó por convertirse en The Byrds, y Jim adoptó el nombre de Roger McGuinn. Desgraciadamente, los problemas internos surgieron entre la banda, debido a que McGuinn tomaba el rol de vocalista principal en las canciones de Clark, algo que molestaba a este último, y por otro lado, todos los demás miembros de la agrupación estaban molestos con Clark, debido a que recibía regalías extras por sus composiciones. 

KRLA Beat/Beat Publications, Inc., Public domain, via Wikimedia Commons

 

Las estupendas bandas post – The Byrds

A principios de 1966, llegaba el inevitable rompimiento, el músico sale de la banda, e inicia un nuevo proyecto llamado Gene Clark & The Group. Pronto sería firmado por Columbia, sello en el que también estaban The Byrds, y en 1967, edita su debut en solitario, reclutando a The Gosdin Brothers como músicos, y en lugar de ser presentado como Gene Clark, el álbum fue nombrado con el título de Gene Clark & The Gosdin Brothers. El resultado fue una joya de country rock con psicodelia, aunque su impacto comercial fue opacado por el lanzamiento casi a la par, del ‘Younger Than Yesterday’ de The Byrds, con quienes regresaría por muy breve tiempo, esto a finales de 1967, para sustituir a David Crosby, que había abandonado a la banda tras tener problemas con Roger. 

Al siguiente año, llega un contrato con A&M Records, y bajo su auspicio, inició un nuevo proyecto en colaboración con el reputado ejecutante del banjo, Doug Dillard. La naciente banda fue nombrada como Dillard & Clark, y contó también con la colaboración del guitarrista Bernie Leadon, futuro miembro de The Flying Burrito Brothers y The Eagles; además de el mandolinista Don Beck, el bajista Dave Jackson y el también ex The Byrds, Michael Clarke, quien pronto se uniría como baterista a The Flying Burrito Brothers.

La vida de este proyecto fue muy corta, pero dejó dos excelentes álbumes, siendo el primero The Fantastic Expedition Of Dillard & Clark (1968), una auténtica reliquia de country acústico. El segundo, titulado Through The Morning, Through The Night, es otra joya, en donde el bluegrass es el hilo conductor. De este último, Robert Plant y Alison Krauss versionarían dos canciones en el álbum Raising Sand (‘Polly’ y el track homónimo).

 

Vueltas a The Byrds y el fracaso de otras grandes obras

Llegando la década de los 70’s, Clark vuelve a colaborar con The Byrds, grabando ‘One In A Hundred’  y ‘She’s The Kind Of Girl’, que fueron editadas hasta 1973, en el álbum solista de Gene, Roadmaster. 

En 1971, aparece White Light, un épico trabajo de country folk acústico (en dónde se incluía una canción escrita por Dylan y el ex The Band, Richard Manuel), que nuevamente fue un fracaso comercial. Y también en ese año colabora con dos tracks para el documental de Dennis Hopper, ‘American Dreamer’. Ya en 1972, A&M decide cortar de tajo el proceso de grabación del álbum sucesor de White Light, así que para completar el tracklist, Clark decide rellenarlo con las dos canciones que había grabado con The Byrds en 1970, además de otra grabada con The Flying Burrito Brothers (‘Here Tonight’). 

El recibimiento comercial de Roadmaster fue un rotundo fracaso y la frustración crecía en el músico, ya que evidentemente la calidad de sus obras era de primer nivel. El nulo impacto de su música, trajo consigo pocas ganancias, pero afortunadamente seguía recibiendo regalías por su trabajo con The Byrds, y también por el éxito del sencillo ‘You Showed Me’ de The Turtles. Esta canción había sido escrita y enlatada años atrás, por Roger McGuinn y Clark. Y para no perder la costumbre, nuevamente se une a The Byrds,  y editan en ese 1973, bajo el auspicio del sello Asylum, el álbum Byrds. Pero tras este LP, la banda se disuelve, así que McGuinn emprende su carrera en solitario, y Clark colabora con él, creando la mejor canción post The Byrds, que pudo hacer el vocal y guitarrista: ‘Silver Raven’. 

 

 

El proceso de un ambicioso álbum

La inquietud artística del músico no conocía limites, y comenzó a trabajar en un nuevo álbum, que en palabras de su creador, fue escrito en su casa, en California, inspirado por la vista que tenía del océano, desde su sala de estar.

Este nuevo material fue auspiciado por el sello Asylum, y producido por  el talentoso y también un poco pretencioso Thomas Jefferson Kaye, y contó con un impresionante elenco de reputados músicos de sesión: Jesse Ed Davis (violín), el ex Blues Image, Joe Lala (percusiones), Craig Doerg (teclados), el guitarrista de pedal steel guitar y colaborador de actos como Neil Young, Ben Keith (pedal steel guitar), el percusionista de The Allman Brothers Band, Butch Trucks (percusiones), Leland Skylar (batería), Michael Utley (teclados), el The Byrds, Chris Hillman (bajo),  y las coristas Cindy Bullens, Clydie King, Venetta Fields y Claudia Lennear, además de que por años ha existido el rumor de que el legendario Sly Stone, también estuvo presente en algunas sesiones.

Los complicados métodos de producción de Thomas Jefferson Kaye, aunado a los sueldos de los músicos de sesión, dieron como resultado un costo altamente excesivo, que obviamente puso en jaque al sello, ya que esperaron mucho tiempo a que el álbum fuera terminado, y cuando vieron el resultado, la decepción y enojo fue total, ya que era un costo de grabación ridículamente excesivo y eso aunado a que por la duración del proceso, esperaban algo más extenso y con gran potencial comercial, y no un disco de solo ocho canciones.

En lo concerniente al resultado musical, orientado al country, folk y gospel con elementos funk, R&B y progresivo, había una seguridad por parte de los implicados, que se había creado una obra maestra, pero esto no importo a los ejecutivos (incluido David Geffen) y para variar, tampoco al público ni a los críticos, ya que el disco, titulado No Other, fue destrozado sin piedad, e incluso dos años después de su aparición, fue retirado del catálogo de Asylum. 


La obra magna: «No other»

‘Life’s Greatest Fool’, una excelente muestra de country gospel, abre las labores. El patrón de la batería conserva la esencia de aquel honky tonk de Hank Williams, y el bajo eléctrico aporta ese tono más country rock. La fusion de la pedal steel guitar con los acordes generados por la guitarra eléctrica y las guitarras acústicas, funcionan de maravilla, y para complementar, las backing vocals refuerzan la voz de Clark de forma excelsa.

Llega una gema en todo su esplendor: ‘Silver Raven’, hermosa creación en todos los sentidos. Los predominantes arreglos country folk acústicos, las atmósferas de los teclados, el melancólico solo creado por la pedal steel guitar, la adecuada base rítmica y la maravillosa interpretación vocal, aunado a la excelente letra, hacen de esta canción un himno instantáneo. Esto bien podría entrar entre las mejores canciones de todos los tiempos. 

Un intro con tendencias progresivas abre ‘No Other’,  demostrando que el country y el progresivo se pueden fusionar. Las percusiones hacen su acto de presencia, acompañando los arreglos de teclado y el trabajo vocal de Clark y las coristas. Mención aparte para el trepidante bajo que se bate en un duelo con las percusiones. El conjunto de elementos que fluyen, dan como resultado un brillante ejercicio de country progresivo gospel funk.

Al ir avanzando la canción, es inevitable preguntarse que clase de imbéciles disfrazados de expertos, estaban a cargo de calificar este LP, que no se percataron de que tenían ante sus ojos un tesoro musical. ‘Strength Of Strings’ abre con un intro acústico y acordes bañados en efecto que van pegados a la voz de Clark, mientras que la batería remata en algunos puntos. Nuevamente se respira un feeling progresivo con gospel y country, aderezado con algunos pianos blueseros. La calidad lírica sorprende a cada canción, dejando claro, por si aún hay duda, que Clark es uno de los mejores letristas en la historia del rock. 

 

Lado B

Un piano da la bienvenida a ‘From A Silver Phial’. Pronto se incorporan una pausada batería, el bajo y las guitarras acústicas, creando un country folk melancólico, que no obstante, presume un tono rockero con la incorporación de sustanciosos solos de guitarra,  además de la presencia del teclado. Un rasgueo acústico acompañado de un excelente arreglo de teclado conducen los primeros acordes de ‘Some Misunderstanding’. Aquí se hace presente de nueva cuenta ese country rock con espíritu folk, progresivo y gospel, musicalizando la magnífica letra y la no menos magnífica forma de interpretarla. Más de ocho minutos de perfección musical y lírica. 

La pedal steel guitar aporta el espíritu de las praderas en la excelente ‘The True One’. Country con todas sus letras, melancólico y reflexivo, sin perder ese delicioso toque campirano. Este tipo de tracks reflejan las influencias tradicionales que el cantautor absorbió desde los inicios de su carrera. ‘Lady Of The North’, original de Doug Dillard, es la única canción del álbum no escrita por Clark. Y con esto llega a su fin esta gema sonora llamada ‘No Other’. Gran forma de concluir, con un country repleto de detalles generados por el teclado, piano y una excelente aparición del fiddle. Melancolía musical desatada entre arreglos excelentes y una grandiosa composición lírica. 

La persistencia del genio

La insultante recepción que tuvo en su momento esta joya, fue un punto del declive emocional de Gene Clark, quien jamás pudo recuperarse de la decepción, ya que siempre aseguró que ese álbum era su obra maestra, y el ver todo ese esfuerzo tirado a la basura tuvo un impacto en él, que por poco y termina con su carrera, pero con todo a contracorriente, logra editar otro álbum en 1977, ahora bajo el respaldo del sello RSO Records.

Two Sides To Every Story, era un brillante ejercicio de country, bluegrass y honky tonk, que para variar, nuevamente fue un fracaso, pero Clark era un ejemplo de persistencia, y poco después se une a sus ex compañeros de The Byrds, Roger McGuinn y Chris Hillman, creando el proyecto McGuinn, Clark & Hillman, y editando su álbum homónimo en 1977, que tuvo una buena recepción en las listas. City, el segundo álbum del proyecto, apareció en 1980, aunque por diversos problemas internos, fue acreditado como McGuinn & Chris Hillman With Gene Clark.

Ya en los ochentas, aparece con otro proyecto llamado The Firebyrds, editando el 1984 el álbum Firebyrd, y en 1986, se une a Carla Olson en el álbum ‘So Rebellious A Lover’, un verdadero clásico instantáneo, con un gran éxito comercial. A mitad de la década, Gene trató de reagrupar a The Byrds, pero los demás miembros no aceptaron, así que armó un tributo a la banda,  armado con Michael Clarke (ex The Byrds), Blondie Chaplin (ex Beach Boys), Richard Manuel y Rick Danko (ex The Band), y Rick Roberts (Flying Burrito Brothers). 

 

Muerte de Gene Clark y revalorización de No Other

Esta sería la última etapa del músico, quien perdería la vida en 1991, a causa de una úlcera producto de su alcoholismo, y como una muestra de justicia y a la vez de cinismo, ‘No Other’ comenzó a ser revalorado, desatando una serie de reediciones, destacando la reedición del sello 4AD, remasterizada directamente de las cintas maestras, en los estudios Abbey Road, además de presentar material adicional, todo esto envuelto en una edición de super lujo; y contrario a lo que sucedió cuando Clark aún vivía, ahora este álbum era elogiado por los medios musicales más importantes del mundo, llegando a ser catalogado como uno de los mejores álbumes de la historia (les tomó años darse cuenta). 

Entrado el 2014, Victoria Legrand y Alex Sally, miembros de Beach House, reunieron a miembros de Wye Oak, Celebration, The Walkmen, Fleet Foxes, Fairport Convention, Grizzly Bear y Lower Dens, para formar Gene Clark No Other Band, ofreciendo cuatro shows en donde interpretaron el álbum completo. Este tributo realizado por exponentes de la escena actual, fue una muestra de la influencia que este disco, y la obra de Gene en general, ha tenido en músicos tan diversos y de diferentes épocas, tales como Robert Plant, Mark Lanegan, Tom Petty, R.E.M., This Mortal Coil, Yo La Tengo!, Breathless, etc. 

‘No Other’ es una verdadera obra maestra, una joya perdida a la que afortunadamente el tiempo le hizo justicia. Y como una manera de inmortalizar esta reliquia sonora, el título de este álbum aún se puede leer en el epitafio escrito en la tumba de su creador, que literalmente tuvo que perder la vida para que su creación más amada, fuera valorada en su merecida valía.